EL PSOE, UN CAMPO DE MINAS

Las intrigas de Rubalcaba y Bono en cenas discretas rematan a Sánchez

El objetivo de Susana Díaz y de todos los que le han aconsejado, que ya son mayoría, es que el líder del PSOE no llegue al mes de junio. Que después de las elecciones de mayo, puerta.

Las intrigas de Rubalcaba y Bono en cenas discretas rematan a Sánchez
Pedro Sánchez, de risas con ZP y Rubalcaba.

Acaba de retroceder seis meses. Volvemos a junio del año pasado. Volvemos al día después de la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba. Todo abierto y todo desordenado. Como si no hubieran existido las primarias, como si no hubiera existido ese último Congreso Federal en el que fue elegido Pedro Sánchez.

Ganó unas primarias, de las que tanto pecho se ha sacado siempre en el PSOE, pero de nada sirve, porque «la operación de acoso y derribo a Sánchez no es que haya empezado, es que ya está muy avanzada». Estas reflexiones de un destacado dirigente de la actual Ejecutiva del PSOE dejan clara la situación. La hoja de ruta oculta de Susana Díaz ya no es tan oculta, y en los próximos meses la división será cada vez más grande.

Dicho dirigente socialista confirmaba a El Semanal Digital que los planes de la todavía presidenta de la Junta de Andalucía pasan por ser la líder del partido y candidata a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, pero sin necesidad de disputarle unas primarias a nadie. Que las primarias se convoquen, pero «que sólo haya un candidato, y que ese candidato sea elegido por aclamación».

De esto están convencidos en la actual dirección del PSOE. Es decir, el objetivo de Susana Díaz y de todos los que le han aconsejado, que ya son mayoría, es que Sánchez no llegue al mes de junio. Que después de las elecciones municipales y autonómicas tire la toalla y deje paso a la única que puede disputar a Mariano Rajoy la Presidencia del Gobierno. Susana Díaz.

El tren que no quiso coger en junio cogerlo ahora. Y que sea el mismo tren y del mismo color. Pero todo esto, que sobre el papel es sencillo, sólo es posible si los apoyos de Susana Díaz son casi unánimes y de mucho peso. Al día de hoy es así.

La presidenta de la Junta de Andalucía cuenta, por distintas razones, con el apoyo de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Bono y la mayoría de los barones socialistas en las comunidades autónomas. Todos consideran que Sánchez ha roto con el propio PSOE, ha pensado únicamente en su imagen olvidando el contenido, obsesionado con las caras nuevas, sin tener conexión estrecha con el Grupo Parlamentario, y sin conocer la organización y los mecanismos del partido.

Almuerzos, cenas y mentideros con Rubalcaba como protagonista

En toda la «operación Susana» hay varios protagonistas. Los encuentros de ella con todos y cada de los secretarios regionales a lo largo de los últimos tres meses han apuntalado su estrategia, pero de entre los protagonistas hay uno que parecía olvidado pero que ahora todos vuelven a recurrir a él.

Alfredo Pérez Rubalcaba, desde su retiro universitario, no puede evitar seguir el latido de su partido. Son muchos los barones y ex dirigentes socialistas que han vuelto a llamarle para pedirle consejo y para sugerirle que intervenga. Pero Rubalcaba, alejado del ruido diario, se limita a compartir reflexiones con sus amigos y con los que fueron sus más estrechos colaboradores en su última etapa.

En varias ocasiones comparte mesa y mantel en un restaurante italiano del barrio de Chamberí en Madrid con Elena Valenciano y Óscar López. Veladas a las que en alguna ocasión se ha unido Eduardo Madina. Todos sostienen que el futuro del PSOE no pasa por Pedro Sánchez. Que en realidad ha echado por tierra muchas de las cosas conseguidas, y que la obsesión por romper con el pasado le ha hecho perder la perspectiva.

Consideran que le falta fondo político y que desde que llegó a la Secretaría General del PSOE puso como primer objetivo romper con el pasado reciente. Romper con Rubalcaba, romper con Zapatero, romper con González, y al final lo que ha roto ha sido el partido.

De forma paralela, y en conversaciones también con Rubalcaba, aparece la figura de José Bono. El ex presidente de Castilla-La Mancha y ex ministro de Defensa no sólo organiza encuentros en su casa entre Zapatero y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, sino que también se encarga de aconsejar a su sucesor en Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que la apuesta debe ser por Susana Díaz.

José Bono también organiza cenas para compartir estrategia con quienes considera el presente y el futuro del PSOE, como el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, en cuya futura candidatura ya ha colocado Bono a algunos de sus colaboradores.

Todo ha retrocedido seis meses. Susana Díaz sigue siendo la «reina madre» del PSOE actual. Pedro Sánchez no quiere rendirse y su intención es resistir sin saber si llegará. Y los ex presidentes y ex dirigentes están más activos que nunca en contra del actual secretario general. En política todo puede ser y todo cambia, incluso, como apuntaba un nostálgico chaconista, «que sea Carmen la tapada de toda la ´operación Susana´».

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