La cúpula contesta a Aznar arropando a Rajoy: La dirección popular, molesta por la falta de apoyo del expresidente, se vuelca con el líder
Inicialmente, como llegó a decir Arriola, su gurú demoscópico, los ignoraron calificándolos de ‘frikis‘. Hasta desde la Moncloa se les dio alas en las cadenas de televisión con la tesis de que abrían un boquete en la izquierda española, dividían el voto progre, debilitaban electoralmente al PSOE y facilitarían el triunfo en las urnas del PP.
Ahora, a la vista de las encuestas y de la que se les puede venir encima, los populares se han puesto las pilas y se toman en serio a Pablo Iglesias y los de Podemos.
Tanto que el PP parece haber decidido convertir su convención política en una gran plataforma contra el partido que pese a estar fuera del Congreso domina buena parte de la escena política española.
Hasta Mariano Rajoy centró en Podemos, este 24 de enero de 2015, su única intervención del día. La que tuvo en plan charleta con jóvenes del PP.
Y lo hizo con un ataque muy directo y duro, algo raro en él:
«¿Qué sistema quieren cambiar? ¿El sistema por el que tienen becas sin asistir por importe de 1.800 euros al mes?».
Era una pregunta retórica, que todo el mundo entendió y que el presidente del Gobierno hacía en referencia al polémico y chusco contrato de investigación de Íñigo Errejón, mano derecha de Pablo Iglesias, con la Universidad de Málaga.
No fue sólo Rajoy quien sacudio al de la coleta y los suyos este sábado. Como parte de una coreografía muy bien estudida, el PP subió al escenario de su Convención Nacional, en Ifema, a alcaldes y concejales de pueblo, profesionales que hacen política en sus ratos libres y en muchas ocasiones sin cobrar.
Y todos ellos arrancaban con la misma cantinela:
“Soy alcalde, soy electricista, de la casta de los electricistas”. “Soy de la casta de los agricultores”. “Soy de la de los administrativos”. “Yo de la de los estudiantes”.
La idea era evidente: contraponer a estos políticos de base, orgullosos de pertenecer al PP, con la imagen de “la casta” que ha popularizado en España Pablo Iglesias.
Y en esa tarea, marcando línea, Rajoy se empleo a fondo, entrando a saco incluso en la escasa trayectoria profesional de los líderes de Podemos, casi todos profesores de la universidad pública, sin otra experiencia que la beca, la subvención y el sueldo oficial:
“Algunos quieren cambiar el sistema. ¿Qué sistema? ¿El que les permitió estudiar toda la vida en colegios públicos? ¿El que les permite ir a la sanidad pública sin pagar durante toda su vida? ¿El que les permite entrar a la universidad?”.
“Ese sistema que vituperan el que les permite presentarse a las elecciones, el que les permite acceder al Parlamento Europeo, el que protege los derechos fundamentales como nadie, el que da libertad, el que permite decir todo lo que dices”.
Se refería evidentemente a la formación de Pablo Iglesias, aunque no llegó a mencionarla.
“Yo no quiero cambiar el sistema, quiero perfeccionarlo porque creo que es de los mejores y estoy orgulloso de mi país”.
Detrás de Rajoy, entró a saco contra Podemos, con todavía mayor contundencia, Esteban González Pons, tal vez el dirigente del PP que más conozca a Iglesias porque hablan con frecuencia en el Parlamento Europeo.
“Creo en una España sin castas ni salvadores. Una España en la que nadie tiene la razón por decreto. En la que el odio no sirve para ganar el pan en la política”.
“Vamos a unas elecciones ideológicas en las que vamos a tener que optar entre España o Venezuela, entre libertad sin ira o ira sin libertad”.
Poco después de que sonara la canción de Jarcha, uno de los himnos de la Transición, González Pons hizo hincapìé en la evidente diferencia que existe entre la “España constitucional” del PP y la “España soviética” de Podemos.