PIM, PAM, PUM

Rubalcaba malmete contra Pedro Sánchez soltando pestes a sus espaldas

El desconcierto se traduce en un runrún de cuadros e insinuaciones en toda suerte de foros. El ex secretario general no disimula su disgusto ante la crisis que atraviesa el PSOE

Rubalcaba malmete contra Pedro Sánchez soltando pestes a sus espaldas
Pedro Sánchez con Alfredo Pérez Rubalcaba. PS

Según el manual de las primarias, las bases invisten al líder con la legitimidad de sus votos, y luego el elegido se pone al frente de las siglas, pero lo que el manual de un proceso de estas características no dice es que el jefe de filas debe convencer, además, a contrapoderes internos que no sólo desafían al depositario de la voluntad popular sino que tienden a marcarle el paso. Lo está sufriendo Pedro Sánchez en sus carnes al que le montan conspiraciones aquí y allá.

En cuanto se reúnen dos prebostes del socialismo alrededor de mesa y mantel ya puede echarse a temblar el secretario general, pues le suelen dejar con sus críticas medio palmo de cuchillo en las intercostales. Con el paso de los meses crecen las veces que repudian a Sánchez y siembran dudas sobre su liderazgo. Y entre quienes le tiran de las mangas, Alfredo Pérez Rubalcaba que -como los José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono de turno- dispone de tiempo de sobra para la intriga entre bastidores, auténtica pasión del otrora mandamás del PSOE.

En ésas, Rubalcaba vive pendiente del partido, hundido en las encuestas, intentando vislumbrar una señal que ilumine el futuro. Entre bambalinas, el ex secretario general ha convertido a su sucesor en una pieza de caza mayor. Empieza a ser murmurada la obsesión de Alfredo Pérez Rubalcaba contra Pedro Sánchez. Y lo acusa de dilapidar la vocación del PSOE de fuerza mayoritaria, aunque sea de la Oposición. La trayectoria de Sánchez al frente de las centenarias siglas no cuadra lo más mínimo con la mentalidad de un Rubalcaba de firmes valores.

Desde hace meses no hay comida ni cena en la que Alfredo Pérez Rubalcaba no acabe ante otros socialistas, e incluso dirigentes del PP, dejando en evidencia que su ansiedad prima por encima de mantener la actual situación. «Todo hubiera sido bien distinto de haber logrado Edu (Madina) hacerse con las riendas», repite. A Madina, al que ya trató de reservar el puesto de portavoz en el Congreso, le atribuye una envidiable y necesaria claridad en posicionamientos ideológicos socialistas. Al fin y al cabo, suele recordar, entró en política con 17 años en el PSE.

Rubalcaba sueña con un PSOE previsible y sólido. Su corriente de pensamiento es compartida por muchos, temerosos de un partido pequeño, poco responsable y fagocitado por Pablo Iglesias y su Podemos. De hecho, el incierto escenario inquieta, y mucho. Parece fuera de toda duda que ya empiezan a ser legión quienes desean desembarazarse de Pedro Sánchez. El presente, no obstante, aún es suyo.

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