El escándalo pilló con el pie cambiado al propio presidente

Mariano Rajoy considera la detención de Rato un “espectáculo bochornoso”

Descontrol, enfado entre ministros, falta de reacción, malestar del partido…

Mariano Rajoy considera la detención de Rato un “espectáculo bochornoso”
Mariano Rajoy. David Mudarra.

Lo peor de todo es la sensación de guirigay que se está dando, de falta de control por parte de un Gobierno que aparece como mero observador, con un presidente obnubilado y desbordado por las circunstancias, incapaz de tomar el liderazgo.

Cuando parecía que Mariano Rajoy confiaba más que nunca en sí mismo y en la fortaleza de sus siglas para afrontar la campaña de las municipales y autonómicas… Rataplán: estalla el escándalo Rato. De nuevo todo patas arriba.

El propio presidente del Gobierno -que ya es decir mucho– tuvo conocimiento de la operación que iba a desencadenarse contra quien fue ex vicepresidente del Gobierno y director del Fondo Monetario Internacional a las 13:00 del pasado jueves. ¡Solamente cuatro horas antes de que el tsunami chocase contra la opinión pública!

Peor fue lo que le ocurrió al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que prácticamente se enteró en el mismo momento en que ocurría. O sea: un descontrol.

La historia se repite, el PP nunca sabe nada de lo que ocurre en las cloacas del Estado hasta que se lo llevan por delante las aguas pestilentes.

La detención, durante unas horas, de quien fue considerado artífice del milagro económico durante la etapa de José María Aznar ha sido calificada por el mismo Rajoy de «espectáculo bochornoso».

Lleva razón el «analista» Rajoy: la pena de telediario, esa imagen de la mano del policía sobre el cuello de un Rodrigo Rato demacrado metiéndolo en el coche policial, desde luego, no tiene otro nombre que escarnio, es decir, cualquier cosa menos lo que debe regir en un Estado de Derecho serio como el que él preside.

El acuse de recibo de la Oposición, eso sí, fue en bloque. Claro. Y ha descargado toda su artillería no sobre Rato, a la postre una pieza ya cazada, sino sobre el artífice de la «Amnistía Fiscal» a la que se acogió, Cristóbal Montoro.

A la vez, el ministro de Hacienda ya ha colocado a su compañero de Gobierno y «enemigo íntimo», Luis de Guindos, en el epicentro de la filtración de la investigación abierta a Rodrigo Rato. Un enfurecido titular de Economía ha tenido que hablar con Mariano Rajoy para «jurar» que no está detrás de la filtración.

La enésima pelea entre Montoro y Guindos es, en todo caso, la menor de las preocupaciones del presidente del Gobierno, consciente del daño que les puede hacer en las urnas el escándalo Rato y, sobre todo, cómo se ha gestionado por un equipo de Rajoy, con él a la cabeza, cada día más pasmado.

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Autor

Antonio Martín Beaumont

Antonio Martín Beaumont, politólogo y periodista, es el actual director de ESDiario.com.

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