El Partido Socialista le ha recordado este 29 de abril de 2015 a Podemos que «el tic-tac pasa».
Y no les falta razón a Pedro Sánchez y los suyos, que hace tres meses sentían en la nuca el aliento de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejo y ahora ven con cierto alivio que la cosa que noera para tanbto.
La euforia de las primeras encuestas, que daban a los podemitas hasta el 25% e incluso al 30% en unas generales, ha quedado atrás.
Ahora se estudian las debilidades. Eso sí, los politólogos hablan de un techo: el 15%. Un resultado, por cierto muy similiar al obtenido en las autonómicas andaluzas (14,84%) donde Podemos no consiguió rebasar las expectativas marcadas en los sondeos.
Dos encuestas recientes, una de ABC y otra de la Ser (Cae Podemos, sube Ciudadanos, revive el PSOE y el PP volverá a ser el más votado), han acabado con la luna de miel de Podemos. No son los únicas sondeos.
De un tiempo a esta parte, la tendencia de los análisis demoscópicos dibuja una línea descendente en proyección de votos para la formación de Pablo Iglesias.
Estos días, y ante la irrupción del fenómeno Ciudadanos, los estudiosos en la materia se preguntan qué le está ocurriendo a Podemos o cómo explicar la pérdida de confianza entre los electores.
Este martes, EcoDiario subrayaba uno de sus principales problemas, lo que en clave política recibe la nomenclatura de debilidad, y llegaba a la conclusión de que un discurso difuso, a veces, y escorado, otras, no reportaba los resultados que recogían las primeras encuestas (Podemos busca su ‘discurso’ mientras sube Ciudadanos y les merienda la ‘centralidad’).
Razones de la caída
Este miércoles, el diario ABC se sumerge en este estudio. Narciso Michavila, presidente de la consultora GAD 3, retrata el momento (Ciudadanos adelanta a Podemos en las encuestas porque se ajusta mejor al votante cabreado-moderado):
«Era imposible que aguantara a esos niveles. Una de las razones de la caída radica en intentar presentarse como un partido de gobierno sin renunciar a sus raíces muy vinculadas con posiciones y líderes situados muy a la izquierda del espectro ideológico».
Además, se extiende la reflexión, querer situarse en el centro no es fácil cuando la mayoría de su electorado procede de votantes identificados con la izquierda y la extrema izquierda. Podemos, advierten las encuestas, ha perdido el apoyo de los indignados que se consideran moderados, y que en definitiva no han sufrido tanto por la crisis.
El profesor y politólogo Guillermo Cordero habla del efecto arrastre. Han pasado las elecciones europeas, aquellas en la que Podemos sorprendió con sus buenos resultados (5 escaños al Parlamento Europeo) a propios y extraños, y han quedado al descubierto las debilidades de este partido: la situación griega, el ‘caso Monedero’, la fuerte irrupción de Ciudadanos, el escenario de pactos (se habla de los que se están forjando en Extremadura y en Andalucía) o, el programa económico han sido determinantes para explicar qué le está sucediendo a Podemos.
Es muy importante que Podemos «no tome decisiones impopulares de aquí a las elecciones generales».
En cualquier caso, el profesor de la Universidad Pompeu de Barcelona también fija el techo de Podemos entorno al 15%, mientras el estado de gracia de Ciudadanos puede seguir creciendo, o al menos pararse, aunque no antes de las municipales y autonómicas.
Michavila cree en el caso de Ciudadanos, la desilusión tardará más tiempo en llegar. Rivera ha fijado posiciones. Por ahora, no quiere pactar con nadie, al menos hasta después de las generales.
El profesor Cordero, por su parte, también cree que en el caso de Ciudadanos «debe pasar el tiempo». Es crucial -dice Michavila- que los de Rivera no se sobreexpongan, especialmente en cuestiones controvertidas.
Claves del éxito de Albert Rivera
Recientemente, el periodista Fernando Onega destacaba en un artículo las características de Albert Rivera, «el más valorado en una lista de siete líderes nacionales, al tiempo que es el que menos rechazo produce en el electorado».
Fue Pablo Iglesias quien hace unos meses opinaba de esta guisa de Albert Rivera: «La realidad es que la imagen que da el líder de Ciudadanos es una imagen de frescura y sobre todo, de sentido común. Algo, esto último, escaso en el mercado de la política».
Al hilo de este perfil, el veterano periodista Fernando Onega añade otros epítetos: «cambio de estilo, constitucionalista, demócrata y progresista».
La Sexta ha abundado en otras cualidades: «españolidad, humildad, transparencia y humildad, cuatro claves de la figura de Rivera».
Estos detalles ya han sido objeto de numerosos editoriales, entre ellos uno del director de El Mundo, Casimiro García-Abadillo, para quien Rivera ha pasado de ser El vendepeines, al objeto de deseo del PP.
