Ximo Puig aspira a presidir el Gobierno valenciano con 294.000 votos menos que Joan Lerma cuando perdió en 1995

El socialista Ximo Puig y la catalanista Oltra se pelean por la presidencia valenciana más ‘barata’ de la historia

El PSOE rompe la negociación con Compromís para un tripartito

Puig busca el apoyo de Ciudadanos al PSPV tras la resistencia de Oltra a ceder la presidencia, pero la jugarreta del Ayuntamiento lo ha dejado con el culo al aire

Los socialistas han suspendido este martes las conversaciones con Compromís para conformar un nuevo gobierno en la Comunidad Valenciana. La resistencia de Compromís, la coalición que lidera Mònica Oltra, a apoyar al socialista Ximo Puig como presidente de la Generalitat fue el detonante de la decisión.

El vicesecretario de Organización del PSPV-PSOE, Alfred Boix, ha explicado: «La paciencia tiene un límite y la avaricia rompe el saco». Los socialistas consideran que la presidencia de Puig en el nuevo Gobierno es innegociable y que el acuerdo ha de estar formalizado antes de que se constituya el Parlamento autónomo el próximo jueves.

El portavoz de Compromís, Pasqual Mollà, ha tachado de «rabieta» la actitud de los socialistas y los emplazó a cerrar la negociación del programa -ya acordado y que inicialmente tenía que presentarse este miércoles- la estructura del nuevo Gobierno y, finalmente, la presidencia.

Ante esta falta de entendimiento, los socialistas han optado por recuperar los contactos con Ciudadanos. Puig busca el apoyo de Ciudadanos al PSPV tras la resistencia de Oltra a ceder la presidencia, pero la jugarreta del Ayuntamiento entregado por los socialistas a Compromis lo ha dejado con el culo al aire.

TODO MUY BARATO

Lo único claro en la Comunidad Valenciana, a estas alturas, es que el próximo inquilino del Palau de la Generalitat será el presidente con menos respaldo de la historia.

Como explica Alberto Caparrós en ‘ABC‘, desde que en 1983 se celebraron las primeras elecciones autonómicas en la Comunidad, nunca un presidente había obtenido menos de 42 escaños (los que cosecharon el socialista Joan Lerma y el popular Eduardo Zaplana en 1987 y y 1995, respectivamente).

En los comicios del pasado 24 de mayo, la formación más votada volvió a ser el PP por sexta vez consecutiva. Sin embargo, los 31 parlamentarios logrados por la candidatura que lideró Alberto Fabra no le sirven para formar gobierno.

Así, PSPV, Compromís y Podemos han perfilado desde el pasado 1 de junio un tripartito pero han mantenido la pugna por designar al presidente. Incluso se ha llegado a plantear una alternancia entre partidos inédita hasta la fecha en la historia de la democracia. Las negociaciones a tres bandas han saltado hoy por los aires.

El socialista Ximo Puig esgrime que su partido es el más votado del frente de izquierdas. Sin embargo, su resultado es, de largo, el peor de una candidatura socialista en 32 años. Con apenas 505.186 votos, Puig ha hecho buenos a sus antecesores (Jorge Alarte cosechó 687.141 sufragios en 2011 y Joan Ignasi Pla logró cuatro años antes el respaldo de 838.987 valencianos).

Las cifras revelan que la Presidencia de la Generalitat que se dirimirá en las próximas semanas será la más barata de la historia. De hecho, Compromís no renuncia. Su candidata, Mónica Oltra, obtuvo diecinueve escaños. Si finalmente fuera investida presidenta, tendría detrás a un grupo parlamentario que en cualquier otra legislatura no habría sido ni segunda fuerza.

El listón de Joan Lerma

De hecho, Oltra aspira a ser la primera presidenta de la historia de la Generalitat con la unión de su grupo, el tercero en representatividad, y de Podemos, el quinto y último con trece escaños. La suma de ambos, 32, también le dejaría muy lejos del respaldo de los tres anteriores presidentes autonómicos que lograron el cargo en las urnas.

De hecho, Lerma ganó sus primeras elecciones al frente de la candidatura del PSPV en las autonómicas de 1983 con una mayoría absoluta incontestable, 51 escaños en unas Cortes de 89 diputados. La lista liderada por el todavía hoy senador socialista logró 982.567 votos (477.000 más de los que ha cosechado Puig).

Lerma perdió la mayoría absoluta en 1987, con 42 escaños y 828.961 votos, pero mantuvo la Generalitat en un Parlamento más fragmentado, donde entraron Alianza Popular, el CDS, Izquierda Unida y Unió Valenciana. En 1991 llegó la última victoria socialista en unas autonómicas. La candidatura de Lerma recuperó la mayoría absoluta con 45 escaños y repuntó hasta los 860.429 votos.

Cuatro años después, Eduardo Zaplana se convirtió en el primer presidente de la Generalitat del Partido Popular con un esquema similar al que se había experimentado en el Ayuntamiento de Valencia en 1991. Los 42 escaños obtenidos dejaban al PP al borde la mayoría absoluta, pero empatado con la suma de PSPV (32) y Esquerra Unida (10).

El célebre «pacto del pollo» impulsado por los empresarios propició un entendimiento entre Zaplana y la Unión Valenciana de Vicente González Lizondo, que aportó sus cinco diputados para el cambio de ciclo político, que se ha prolongado dos décadas.

El PP fue entonces la primera formación que logró superar la barrera del millón de votos. En 1999 Zaplana ya consolidó la mayoría absoluta para el PP, con 49 diputados, tras fagocitar a los referentes de Unió Valenciana, que desapareció del mapa parlamentario.

Las mayorías de Camps

Zaplana no terminó su mandato. En el verano de 2002 fue nombrado ministro de Trabajo por José María Aznar. José Luis Olivas le sustituyó durante los meses que faltaban para las elecciones autonómicas de 2003, en las que Francisco Camps se impuso con 48 escaños y 1,14 millones de votos para un PP que revalidaba una amplia mayoría absoluta, mientras que el PSPV e Izquierda Unida calcaban los resultado obtenidos cuatro años antes.

En 2007, los populares, con Camps como cabeza de lista, se convirtieron en la formación más votada en la historia de las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana con 1,27 millones de sufragios. Puig puede ser nombrado presidente con 772.000 votos menos.

El PP se fue en 2007 hasta los 54 escaños en unas Cortes que habían aumentado a 99 parlamentarios, mientras que el PSPV de Joan Ignasi Pla se quedó con 38. Aún lograría aumentar su número de escaños, aunque no de votos, cuatro años después.
El adiós de Fabra

En 2011, Camps volvió a encabezar la lista del PP y aunque perdió respaldo (pasó a 1,21 millones de votos) aumentó el número de diputados hasta los 55, frente a los 33 de los socialistas con Jorge Alarte al frente. Al igual que Pla, Alarte fue laminado por los socialistas valencianos con un resultado mucho mejor que con el que Puig aspira a ser presidente de la Generalitat.

Aquel año, Camps dimitió por su procesamiento en el caso de los trajes al mes de haber arrasado en las elecciones. Las Cortes Valencianas proclamaron a Alberto Fabra presidente de la Generalitat, quien se convirtió en el único jefe del Consell de la historia que, presentándose, no ha ganado unas elecciones (Olivas no fue candidato).

En puridad, su lista fue la más votada (653.000 sufragios y 31 escaños), pero el resultado es insuficiente, por lo que el Palau de la Generalitat recibirá en unas semanas al sexto inquilino de la historia de la autonomía valenciana. Será la Presidencia más asequible de la historia.

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