El líder de Podemos se permitió hace unos días hablar sin complejos de su imagen y la de su adversario político de la izquierda, Pedro Sánchez, en una conversación informal con periodistas que no había trascendido hasta ahora. Lo hizo comparándola con la suya y descalificando la del secretario general del PSOE, y lo dijo unos días antes de la puesta en escena de Sánchez con la enorme bandera de España presidiendo un acto del PSOE.
Iglesias hablaba más de la imagen particular y personal del candidato. Y en este sentido considera que «Pedro es un pijo». No sólo en la forma de vestir y de hablar, sino en la forma de hacer política. Según Iglesias la imagen sigue siendo casi lo más importante para atraer votos y conseguir llegar al poder, algo que considera su primer objetivo.
Fue relevante su imagen durante la campaña de las elecciones europeas, poniendo incluso su cara en las papeletas de la candidatura, y lo seguirá siendo durante la precampaña y campaña de las generales. Reconoce abiertamente el líder de Podemos que él tiene mucha mejor imagen que ningún otro candidato: «Yo con la coleta y las sandalias, estoy que lo peto», dijo literalmente en esa charla en petit comité y tras la celebración de la reunión semanal del consejo de coordinación de Podemos.
La imagen de la formación y la del líder es algo irrenunciable para Podemos que seguirá explotando. De hecho considera que una de las imágenes que más le reconforta es la de observar, tras las elecciones municipales, a tantos alcaldes y concejales con una imagen distinta, sin camisas ni corbatas, y sin coches oficiales.
Mantener el aforamiento
En la misma conversación, Pablo Iglesias también habló de su futuro inmediato. Su intención es seguir siendo parlamentario europeo todo el tiempo que pueda, entre otras cosas «para mantener la inmunidad parlamentaria y el aforamiento» en caso de que alguien tenga la intención de interponer una querella o una demanda. Nada le impide mantener su acta de europarlamentario hasta el final, otra cosa es que la única intención sea de la preservar unos privilegios que tantas veces en otras ocasiones ha criticado.
Sobre su discurso de cara a las elecciones generales también tiene muy claro el líder de Podemos que debe seguir marcando la diferencia con un discurso más radical y atrevido: «A mí a moderado me gana Pedro y me gana Albert».
Considera que uno de los aciertos de su campaña en las europeas fue atreverse a decir lo que otros no decían. Eso es algo que seguirá haciendo. Discurso atrevido pero moderando las formas y sin renunciar nunca a la marca.
Otra de las cosas que también asegura el líder de Podemos es que no quiere mezclarse en nada con Izquierda Unida. Ya tiene hablada y descartada cualquier posibilidad de una candidatura unitaria. La etiqueta y la marca de IU «está agotada». Izquierda Unida es «un partido de perdedores».
En este sentido este miércoles se reunió con Alberto Garzón, el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno. El encuentro fue un mero trámite de cortesía, porque las posturas estaban claras desde antes de su inicio. Pablo Iglesias volvió a decir no a Alberto Garzón, esta vez frente a frente, después de hora y media de conversación en la que el candidato de IU ofrecía abiertamente al líder de Podemos unir fuerzas y siglas para las elecciones generales.
La elección del lugar del encuentro, el cuartel general de Podemos, fue una demostración de fuerza de Iglesias, que ya adelantó que se mantendría en su postura. El líder de Podemos reconoció la «afinidad» que le unía con Alberto Garzón, pero aseguró que no es un sentimiento extensible a otros sectores en IU. No descartó establecer algún tipo de «colaboración». Pero no será electoral.
