Todo el mundo sospechaba que José Ignacio Wert iba a ser uno de los que se irían, pero nadie acertó al apostar que sería Íñigo Méndez de Vigo su sustituto. Desde el final de las elecciones del 24M eran muchos los rumores que hablaban de cambios en el Gobierno, de algún ministro que iba a ser sustituido, pero hasta ahora todo seguía igual.
Sin embargo, el pasado jueves, en vísperas del Consejo de Ministros y desde Bruselas, Rajoy anunció lo que muchos ya se imaginaban. Que el encargado de la cartera de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert iba a dejar su cargo. El ministro había sido muy criticado por sus reformas en Educación y sus apariciones en cualquier acto con el mundo de la cultura eran recibidas con pitidos y abucheos.
Lo que nadie suponía es que el sustituto iba a ser Íñigo Méndez de Vigo, pero el presidente del Gobierno ha sorprendido una vez más a propios y extraños.
Al parecer, Wert no se lo ha tomado nada bien. El nuevo ex ministro conoció su relevo el jueves cuando recibió una llamada de teléfono poco antes de entrar en la cena institucional de los procuradores de Madrid para recoger el Premio a la Convivencia y a la Tolerancia al deporte español.
La llamada le hizo cambiar su agenda, ya que estaba previsto que recogiera el galardón en nombre del deporte español, pero ante la noticia prefirió ausentarse de la gala. Un desaire que tuvo que enmendar la exatleta Carlota Castrejana, que recogió el premio.
Su disgusto contrasta con la alegría del Sindicato de Estudiantes que este viernes le ha lanzado al ministro saliente su particular mensaje de despedida: «Wert, no te vas, ¡te hemos echado!». Y la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas, también está de celebración. Su presidente, Alejandro Delgado, ha sostenido que Wert debería haberse ido «mucho antes» porque «se ha cargado la educación».
El nuevo titular de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se convertirá esta tarde en el tercer ministro que jure su cargo ante Felipe VI, en una breve ceremonia que tendrá lugar en la Zarzuela después de que los Reyes regresen a Madrid tras asistir en Girona a las sesiones del Fórum Impulsa.
