¡Que no le falte de ná, que no que no! Ese estribillo, ligeramente modificado, se le puede aplicar perfectamente a la ‘Kichi Woman’, Teresa Rodríguez.
La podemita, antes de dejar el Parlamento Europeo el 5 de marzo de 2015, pasó una serie de gastos que serían cuestionables en cualquier empresa que se precie.
Para empezar, una baratija: 100 euros de una multa por mal aparcamiento en Sevilla en noviembre de 2014.
No contenta con ello, otros 350 euros de una fiesta con motivo de la inauguración de una oficina de Podemos en Cádiz.
Y algo más de 3.500 euros entre material de sonido (1.159 euros) y diverso equipamiento tecnológico (2.373 euros).