Tendida metafóriamente en el diván de Maruja Torres, arropada por las hojas que traen tanta cola, la alcaldesa de Madrid no se corta un pelo. (Carmena da la vara: odia ser alcaldesa y sus ediles le caen peor que las figuras del Belén).
Prueba de ello son las confesiones sexuales de una desatada Manuela Carmena en el libro que se publica este miércoles 25 de noviembre de 2015, -que merece un capítulo aparte-, y en donde reflexiona sin pudor en torno a su ‘curiosa’ vida sexual:
«A mí el punto G como que no… A mí me parece que el clitoris es un gran invento. Porque eso es lo seguro, lo mires por donde lo mires».
UN MATRIMONIO ABIERTO
Da cuenta además de su matrimonio con Eduardo, «abierto» a más no poder:
«Nosotros lo hemos llevado bien, nuestros hijos también. Horizontes amplios. Siempre. En el sentido más íntimo siempre ha funcionado muy bien».
Y habla de la masturbación:
«Da mucha pena que todavía existan tantísimas mujeres que no conozcan el amor propio y que no llegan al orgasmo con nadie».
No recuerda, sin embargo, su primer beso:
«Debió de ser con Eduardo», y sorprende a su interlocura al reconocer que su primera sesación erótica la tuvo con Romy Schneider, al ver una inocente película:
«Fue viendo a Sissi. Pero no a Sissi a secas, sino a Sissi Emperatriz, en el momento en el que Francisco José besa a Romy Schneider, con una cama de matrimonio detrás. Eso fue, recuerdo la sensación física».