La respuesta al espanto del Estado Islámico fuerza al PP a calcular al milímetro los tiempos

Los terroristas islámicos desplazan a los independentistas de Cataluña y animan al podemita Pablo Iglesias

Los atentados del pasado 13 de noviembre de 2015 en París han hecho estallar la agenda política española a un mes de las elecciones generales

Los terroristas islámicos desplazan a los independentistas de Cataluña y animan al podemita Pablo Iglesias
Mariano Rajoy. PD

El problema del desafío soberanista catalán ha sido desplazado en el tablero por el terrorismo yihadista que ataca al corazón de Europa

Los atentados del pasado 13 de noviembre de 2015 en París han hecho estallar la agenda política española a un mes de las elecciones generales.

El problema del desafío soberanista catalán ha sido desplazado en el tablero por el terrorismo yihadista que ataca al corazón de Europa y que estos días exige desde Francia a sus gobernantes que aclaren cuáles son sus posiciones. Especial elecciones generales.

Mariano Rajoy se juega mucho en estas elecciones. Aunque ningún sondeo le da la mayoría suficiente para gobernar solo, todos los análisis demoscópicos coinciden en que, a día de hoy, el Partido Popular es la formación ganadora, y por ende la primera en tener la iniciativa para sacar adelante un Ejecutivo.

Hasta hace apenas unos días, el desafío independentista, la reforma de la Constitución, y la unidad de España, entre otros asuntos, constituían parte mollar de los argumentos centrales de todos los partidos, esmerados en afinar sus estrategias y evitar que una actitud errónea reste votos en las urnas.

Sin embargo, los sucesos terroristas en Francia han transformado el guión establecido. El país galo pide ayuda y pregunta a sus vecinos y en definitiva a las fuerzas occidentales hasta dónde y cómo pueden ayudar en la lucha contra el terrorismo yihadista, hoy instalado en Siria.

El temor del PP

La salida de pata de banco de Margallo -admitió que Exteriores contemplaba el escenario de un relevo a las tropas francesas en Malí, justo unos minutos antes de que se asaltara el hotel Radisson de Bamako- fue corregido de inmediato por Moncloa, remarcando que España ni se había planteado participar y ni tan siquiera Francia se lo había sugerido.

La contestación de Santamaría venía a apaciguar los ánimos del PSOE de Pedro Sánchez, molesto con que Rajoy no le hubiera trasladado esta iniciativa del titular de Exteriores.

El enfado de Sánchez era previsible. De ahí la respuesta del Gobierno para calmar ánimos. Sotto voce, Cataluña y el yihadismo se han convertido en temas tabús. Existe un acuerdo para no abordar esos temas con la suficiente profundidad como para ser protagonistas de los discursos de campaña.

Ni a PP ni a PSOE les conviene. Especialmente el terrorismo yihadista que en Génova trae el mal recuerdo de las elecciones del 11M, e incluso de Aznar, al que Génova 13 ha vetado en su campaña.

Por eso, a menos de cuatro semanas para las generales, hablar de ello, disertar de Francia y fijar posiciones frente al Estado Islámico es lo menos recomendable -tratándose de votos-, aunque el embajador francés en nuestro país, Ives Saint-Geours, insista en que Hollande no tardará mucho tiempo en formular la pregunta a Rajoy antes del 20D.

El diplomático galo adelanta contactos de alto nivel entre Francia y España, y desde luego el apoyo militar de nuestro país estará sobre la mesa.

Para reivindicar estas afirmaciones, Manuel Valls confesaba este martes por la tarde a los corresponsales comprender la prudencia y los tiempos de Rajoy en plena campaña electoral, pero también señalaba que cualquier ayuda es buena para «aliviar las operaciones de Francia en el exterior».

En este impasse, con unas cortes paralizadas, y una campaña a la vuelta de la esquina, Rajoy se ha abonado al discurso de la unidad y al de la consulta de las fuerzas políticas y por último la voz del Parlamento, lo que supone unos protocolos que dan tiempo al Gobierno para retrasar al respuesta que espera François Hollande (Manuel Valls: «No podemos aceptar más refugiados en Europa, no es posible»).

Para el Partido Socialista tampoco es fácil su posicionamiento. Nada más conocer la noticia del atentado, Pedro Sánchez defendió la unidad de los demócratas y de la UE. Socialista como Hollande, evitó meterse en charcos aclaratorios e invocó toda la legalidad internacional.

El PSOE sabe que el fantasma del 11M sobrevuela en la sociedad española, y hacer comparaciones o no puede ser un error monumental en su campaña. Las heridas no están cicatrizadas, y las manifestaciones en la calle también les pueden perjudicar. Por eso Sánchez se movió veloz cuando oyó hablar a Margallo sobre Malí, e intuyó un cambio en el discurso del Gobierno.

Los de Podemos salen a pescar

Podemos también pisa un terreno movedizo aunque, a priori, el asunto de la guerra contra el Estado Islámico les resulte estratégicamente positivo en las urnas. Desde un primer momento, los de Pablo Iglesias han anunciado su rechazo al pacto anti yihadista (en el que están PP, PSOE, y al que este jueves se une Ciudadanos), pero no a reuniones con Rajoy para debatir del tema, hasta el extremo de ponderar las palabras de «moderación» del presidente del Gobierno.

Con este discurso, Podemos convocaba este miércoles una Conferencia por la paz para este domingo, y al mismo tiempo remarcaba su apoyo a la marcha que tendrá lugar este sábado por un nuevo ‘no la guerra’, esta vez abanderado por políticos como Ada Colau, y José María González, el ‘Kichi’ (el alcalde de Cádiz), personas de la vida social como Pilar Manjón o, actores como Pilar Bardem, Juan Diego Botto, Alberto San Juan, o Aitana Sánchez Gijón entre otros. Podemos se olvida del referéndum de Cataluña.

Más allá de otras estrategias, atendiendo al cálculo electoral, fuentes de Podemos reconocen lo positivo que políticamente sería para ellos que PP y PSOE se movieran de aquí al 20D, quizás presionados por Francia, y desvelaran cómo y cuándo quieren ayudar a Hollande, recuperando así lo que en su opinión estos dos partidos, pero básicamente el PP, «está escondiendo a los ciudadanos» (Carlos Herrera destapa las intenciones de El País: «Le pide ardor guerrero a Rajoy y al minuto se posicionará con el ‘No a la guerra'»).

Con esta nueva materia en la agenda política, Pablo Iglesias ha intensificado los ataques a José María Aznar, lo que le ha servido para comparar las semejanzas del gesto del expresidente con la determinación del líder de Ciudadanos, Albert Rivera (quien se reafirma en su lucha contra el terrorismo y contra el buenismo, y en su apoyo a las decisiones bendecidas solo por la legalidad internacional).

Iglesias también ha planteado someter a referéndum el envío de tropas a Siria con un espíritu similar al de las manifestaciones que hubo en las calles españolas durante el Gobierno de Aznar, entonces contra ‘la invasión española en Irak’ (Bochorno en el PSOE: Los decapitadores del DAESH ponen a Zapatero como ejemplo de docilidad).

Un discurso al que teme poderosamente el Partido Popular, justo en un momento en el que un portavoz del Estado Islámico, destacado jefe del Daesh en Irak, Abou Tayssir El Farsani, acaba de amenazar por vídeo a Francia, con un mensaje diáfano:

«Salvo si vosotros hacéis presión sobre vuestros gobiernos, como hizo el pueblo español hace algunos años contra la guerra de Irak. Si no, tendréis otro sábado negro y la prueba de nuestros lobos solitarios».

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