Podemos amenaza con fagocitar al PSOE. La estrategia de Pedro Sánchez de hacer entrar a Podemos en ayuntamientos y autonomías para desbancar al PP la está pagando con sangre, sudor y hundimiento en las encuestas. A la desesperada, tras su pinchazo en el debate a cuatro de Atresmedia, el líder socialista sale a pedir el voto útil en un intento de parar la recuperación de Pablo Iglesias. —Soraya aguanta ante un gran Rivera, Sánchez se evapora y ridículo de Pablo Iglesias—
En la recta final de campaña de cara al 20-D, el voto de izquierda huérfano de un PSOE fuerte se refugia en un Podemos en remontada. «Lo que está diciendo Pablo Iglesias es que gobierne el PP con tal de que no gobierne el PSOE».
Así respondió un desfondado Pedro Sánchez en un mitin en La Coruña a la estrategia del líder de Podemos de disputarle a los socialistas el voto de la izquierda. Pero lo tiene muy difícil porque el electorado no olvida cómo se echó muy pronto a los brazos de los podemitas cegado por pisar moqueta a cualquier precio. En Galicia el PSOE rascaría los mismos escaños que las mareas podemitas que se hicieron con los ayuntamientos gracias al apoyo del PSOE.
Sánchez se suicidó en el debate de Atresmedia al dejar irse vivo a Iglesias con el tema de Venezuela, error del que se percató hasta Felipe González al salir a atacar a podemitas recordando que «los que hablan de puertas giratorias» se han «olvidado ya de Venezuela» durante un acto de campaña del PSOE en Madrid.
«Escucho a Pablo Iglesias y tiene una forma muy curiosa de hacer política. Dice que el PSOE no cuente con los votos de Podemos si queremos formar el Gobierno. Si algo quiere Iglesias es a sí mismo. ¡Tú ámame a mí que yo me amo a mí mismo!», cargó Sánchez, que se atribuyó la victoria del último debate.
Tras fallar en el debate, le esperaba Pablo Motos con el cuchillo entre los dientes. El presentador de ‘El Hormiguero’ de Antena 3 anunció que este 8 de diciembre de 2015 Sánchez ‘venía divertirse’ pero lo cierto fue que al socialista le esperaba un infierno. Motos hizo todo lo que tuvo a mano para hacerle pasar un mal rato en la entrevista.
Comenzó el presentador aludiendo a una encuesta en la que se aseguraba que el perdedor del debate del 7 de diciembre de 2015 fue él, para posteriormente ponerle en aprietos con preguntas ciertamente comprometidas.
Como muestra un botón: «El CIS dice que te das una leche»; «que haya un 40% de indecisos no os deja bien: significa que casi la mitad de la población no sabe a quien votar porque le parecéis iguales»; «Zapatero ganó las elecciones y luego le llamó Ángela Merkel y cambió el programa». Motos se regodeaba con el calvario de Sánchez, que tuvo que ser rescatado por Trancas y Barrancas.
PODEMOS LE COME LA TOSTADA
Mientras Sánchez se obsesiona por competir exclusivamente con Mariano Rajoy, en Podemos han sido mucho más listos convirtiendo sus acuerdos municipales con el PSOE en victorias propias.
«Sonreíd a Ada Colau» o «Nadie imaginaba que Manuela Carmena iba a ganar en Madrid» son mensajes tramposos pero que suenan bien a oídos de la izquierda. La realidad es que tanto en Barcelona como Madrid las dos franquicias podemitas gobiernan no porque hayan ganado las elecciones sino por el apoyo insensato de los socialistas.
Donde también preocupa la debacle del PSOE en las encuestas es en el PP. No les conviene un desplome socialista que abra las puertas en par en par a un tripartito. Este temor ya lo apuntó Soraya Sáenz de Santamaría al decir en el debate que le daban «miedo los tripartitos de perdedores» y Alfonso Alonso, durante un mitin electoral en Vitoria, volvió a recordarlo al decir que «el resultado no ofrece dudas a nadie: Soraya se merendó al tripartito».
En el PP creen que Podemos quiere ejercer el liderazgo dentro de ese tripartito. Lo que no se entiende es por qué ni Soraya ni Sánchez hayan aprovechado la debilidad de Iglesias echando el resto con Venezuela.
@lbalcarce (con la colaboración de @robermarban)
