Susana Díaz tiene una capacidad estratégica tremenda: ve la jugada antes que nadie
«La línea roja está en los 100 escaños, si Pedro Sánchez baja de ese umbral lo tiene muy difícil seguir liderando el PSOE porque Susana Díaz irá a por él». Manuel Pérez Alcázar, autor de ‘Delfines y tiburones: la lucha por el poder en el PSOE’ (Almuzara, 2015) se cuela en la cocina de los socialistas para averiguar las aspiraciones y los movimientos estratégicos que tiene preparado en un futuro próximo la presidenta de Junta de Andalucía, tras las elecciones del 20-D.
«Sánchez empezó la campaña con un problema de liderazgo interno y eso ahora lo está pagando». Pese a que Díaz renunció a mandar en Ferraz y facilitó que otro joven delfín, Pedro Sánchez, se convirtiera en Secretario General, la presidenta andaluza no ha dejado de marcar al actual líder del PSOE, condicionando, en algunos momentos, su política y sus movimientos estratégicos. «Susana es una estratega nata y pase lo que pase ella ya tiene los deberes hechos para coger el próximo tren a Ferraz».
«SÁNCHEZ VENDERÁ CARA SU DERROTA»
Pérez Alcázar, que tiene más caravanas electorales a sus espaldas que John Wayne, cree que si las encuestas se confirman el 20-D el PSOE afrontará una guerra interna brutal porque desde el entorno de Sánchez «prometen vender cara su derrota» ante la que a ojos de muchos será la próxima lideresa socialista.
Susana Díaz adelantó las elecciones andaluzas con el pretexto de ganar una estabilidad en el Gobierno que había perdido con IU pero había otro motivo que preocupaba más a los socialistas: el ascenso imparable de Podemos. Ganó las elecciones con una victoria incontestable del PSOE –cuarenta y siete escaños– pero manteniendo el mismo número de diputados que logró Griñán en 2012 y lejos de la mayoría absoluta.
«Díaz es una hija política del pigmaleónico José Antonio Griñán. Su otro delfín era Mario Jiménez, que hoy forma parte de núcleo duro de la líder socialista junto al ‘chaconista’ Máximo Díaz-Cano. La eligió su sucesora el día que fue nombrada consejera de la Presidencia andaluza. A partir de ahí Susana hizo rápidos movimientos para tejer una red de alianzas reconstruyendo puentes destruidos por las guerras internas. Ella tiene una capacidad estratégica tremenda: ve la jugada antes que nadie. Se mueve como pez en el agua en los despachos del PSOE. Son el hábitat natural de Susana Díaz».
El resultado de Díaz se hizo bueno por el desplome de los populares de Juanma Bonilla que pasó de los cincuenta a los treinta y tres parlamentarios, sufriendo el desgaste de los ajustes de Rajoy y la falta de liderazgo. Podemos entró con fuerza con quince escaños pero menos de los que se esperaban y Ciudadanos dio la campanada con nueve diputados pese a no tener organigrama ni estructura en Andalucía.
¿Qué fue lo hizo que dos pesos pesados de la política andaluza se hicieran a un lado para dejar el camino despejado y sin mochilas a Susana? «Ella se vio obligada a comprometerse a exigir el escaño de los expresidentes Chaves y Griñán si el Trinbunal Supremo mantenía su imputación, Griñán renunció a ser reelegido senador en una carta dirigida a la presidenta andaluza justo un día después de declarar ante el Supremo. Fue un último gesto de generosidad que ofreció a Díaz y que forzó a Chaves a anunciar que no optaría en las próximas elecciones a revalidar su escaño como diputado en el Congreso».
De la amistad íntima que tuvieron en el pasado han pasado a casi no dirigirse la palabra. La confianza de Chaves en Díaz también quedó tocada pero Griñán sí conservó el vínculo paternal que había ejercido sobre Díaz. Chaves y Griñán se fueron por la puerta de atrás por el caso de los EREs.
Le pregunto a Pérez Alcázar si cree que los dos hombres fuertes del PSOE andaluz sabían del fraude de los ERE’s. Me dice que no lo sabe con certeza pero que cree que no. Que todo lo llevaba Francisco Guerrero, el ex director de la Dirección General de Trabajo de la Junta de Andalucía cuyo chófer admitió que se gastaban el dinero de los parados en juergas y cocaína.
«Cuando el periodista de El Mundo que seguía el caso Mercasevilla llamó en 2009 a la Junta para preguntar acerca de un ERE que aparecía de pasada en una de las grabaciones la reacción de los altos cargos de la Junta fue: «¿De qué coño nos estás hablando?»
@lbalcarce