Pablo Iglesias se planta ante sus fieles con un discurso revolucionario; vuelve a sus orígenes en los que de la Transición no iba a quedar ni el apuntador… Salió el líder de Podemos entre sonrisas a anunciar que pediría algunas reformas en base a la reforma electoral y la constitucional, y teniendo en cuenta la mayoría absoluta del PP en el Senado, Iglesias está fuera de la realidad.
Compareció las 23.00 del domingo de 20-D con varias ideas claras en un discurso alegre, utópico, pero sin la euforia de, por ejemplo, las elecciones europeas de mayo de 2014:
Hoy ha nacido una nueva España, que pone fin al sistema político del turno e inaugura una nueva etapa política. Somos la primera fuerza en Cataluña y en el País Vasco, y segundos en Madrid, Valencia, Navarra o Galicia. Al tiempo que el PSOE de Pedro Sanchez ha obtenido su peor resultado de toda la democracia y el PP desde 1989. Se acabo el sistema del turno en España.
Así arrancó el discurso Pablo Iglesias, y continuó explicando las principales ideas de Podemos para el nuevo tiempo político que se abre ahora:
Somos la única fuerza capaz de liderar la concreción de un nuevo acuerdo territorial que respete la plurinacionalidad constitutiva de nuestro país. Cada vez que hay elecciones las fuerzas del cambio avanzan. Tenemos 69 diputados para combatir la corrupción defender la justicia social.
Y por último pasó a narrar los nuevos puntos básicos de Podemos:
– El blindaje constitucional de los derechos sociales es imprescindible; el derecho a una vivienda digna, paralizar los desahucios y defender la sanidad y la educación requieren blindaje constitucional.
– Una reforma del sistema electoral que lo adapte al sistema de proporcionalidad.
– Y reformar la Constitución para una moción de confianza ciudadana al gobierno si incumple su programa.
Al final se despidió Iglesias con un mensaje claro:
El nuestro es un país plurinacional.