Los secretarios regionales del PSOE no quieren aplazar el congreso
A Pedro Sánchez le huele el culo a pólvora. Literalmente. Y este lunes 28 de diciembre, Día de los Inocentes, hastá él ambicioso y políticamente miope secretario general del PSOE, tendrá oportunidad de enterarse.
Los barones territoriales del partido, entre los que la andaluza Susana Díaz juega un papel determinante, van a poner límites estrictos a las posibilidades de Sánchez de urdir pactos para auparse a La Moncloa.
Que Pedro Sánchez quiere convertise en presidente de Gobierno y que para ello está dispuesto a meter al PSOE de hoz y coz en la verena por la que se precipita cuesta abajo, desde los malhadados tripartidos de Cataluña, es más que evidente.
Que Sánchez se abrazaría, no sólo a Podemos, sino a los independentistas catalanes o vascos o a quien fuera, parece fuera de toda duda.
Su problema es que en el PSOE hay dirigentes de peso que no están dispuestos a dejarle hacer, porque han llegado a la conclusión de que eso terminaría relegando al Partido Socialista, el mismo que ha gobernado España prÁcticamente dos de cada tres años de democracia y que ha sido hegemónico en todas las comunidades autónomas y en todas las capitales de provincia, en una formación secundaria, como lo es ya en Cataluña, Madrid o Valencia.
«La política de alianzas se decide en el comité federal», ha puntualizado la presidenta andaluza, Susana Díaz, como anticipo de las posiciones que Sánchez se encontrará el lunes en la reunión de ese órgano en Madrid.
Para empezar, la mayoría de los barones se opone frontalmente al intento de Sánchez de posponer la celebración del congreso del PSOE que correspondería el próximo mes de febrero de 2016:
«Quien ha metido en el debate político los asuntos internos ha sido Pedro Sánchez al anunciar que se posponía el congreso del PSOE».
Más inmediato y acuciante es que al margen de la ejecutiva y con la vista puesta en esa reunión, los presidentes autonómicos trabajan en una resolución sobre las bases de negociación con otros partidos.
El comité federal del próximo lunes será el más delicado que haya vivido Pedro Sánchez en sus 17 meses como secretario general del PSOE. Su desarrollo va a estar condicionado por lo que ocurra la víspera, en el encuentro que Pedro Sánchez ha programado, el domingo por la tarde, con todos sus barones a la caída de la tarde.
Se masca la tragedia. Los barones del PSOE han preparado una resolución para el día siguiente, lo que supone un hecho absolutamente excepcional. En todos los comités federales hay resoluciones, pero las propicia la Comisión Ejecutiva Federal y suelen sufrir modificaciones a iniciativa de miembros de ese órgano de dirección.
El hecho de que los barones preparen ese documento al margen de la ejecutiva que dirige Sánchez pone de manifiesto la tensión que existe en el PSOE. El conflicto es latente desde hace tiempo. Se vivió una tregua durante la campaña electoral y, ahora, tras los resultados (en los que el PSOE ha bajado de 110 a 90 diputados), las tensiones están a punto de estallar.
La política de pactos tras las elecciones es la causa que amenaza la estabilidad de Sánchez como líder del partido, a pesar de que aún no haya hecho ningún movimiento que pueda ser censurado por su partido.
Los barones autonómicos dan por supuesto que Sánchez intentará abrir negociaciones con Podemos para explorar posibilidades de que le voten la investidura como presidente del Gobierno, si es que Mariano Rajoy, presidente del PP, fracasa en el intento de forjar gobierno.
La mayoría de ellos ha salido a la palestra para advertir de que el PSOE no puede pactar con fuerzas políticas que pidan la autodeterminación de los pueblos de España y defiendan la celebración de un referéndum en Cataluña.
LIDERAZGO Y NUEVAS ELECCIONES
El congreso del PSOE está programado parael próximo mes de febrero, pero Sánchez ya ha dejado caer que se celebrará “en la primavera de 2016”, y que él optará de nuevo a la secretaría general.
Esa declaración ha desatado un malestar generalizado en los círculos dirigentes del PSOE.
A quienes cuestionan desde hace meses el líderazgo de Sánchez, ese paso al frente les parece infumbale o por lo menos inconveniente. Son muchos quienes se oponen a esa política “de hechos consumados”.
En las conversaciones entre dirigentes socialistas se reprocha a Pedro Sánchez que “intente acorazarse” por si se repiten las elecciones y, entonces, él sería de manera natural el candidato electoral. También esto tratarán de impedirlo.
Del testimonio de numeros dirigentes provinciales y regionales se constata la operación que se pondrá en marcha para terminar con el liderazgo orgánico y electoral del actual secretario general.
Los resultados electorales son la base sobre la que se sustentan los detractores de Sánchez para sostenter que no sería el candidato más adecuado para representar al PSOE en unas próximas elecciones.