La irrupción de Podemos en el panorama político español ha agitado más que nunca a buena parte de la sociedad, porque las ocurrencias e intenciones que los podemitas quieren incorporar a las normas y costumbres, bajo un corte comunista, no son vistas con buenos ojos por gran parte de la población.
Específicamente no lo son por parte de una institución como la militar, con todo lo que eso conlleva; familias, un largo pasado, etc. Y dado que las ideas de Podemos hacia las fuerzas de seguridad son sumamente peculiares, en los últimos meses se han producido varias manifestaciones escritas por parte de algunos militares o familiares afectados. Aquí las tres más representativas:
UN GENERAL RETIRADO PIDE LA INHABILITACIÓN DE PODEMOS
En mayo de 2015 el primer militar en alzar la voz mediante una carta fue el general retirado de cuatro estrellas Eduardo González-Gallarza Morales, quien fuera jefe del Ejército del Aire durante la etapa de Federico Trillo en el ministerio de Defensa. Publicó su texto en la revista ‘Tierra, Mar y Aire’ allá por mayo de 2015 antes de las elecciones autonómicas y minucipales, pidiendo la inhabilitación del partido Podemos por declararse en contra de la Constitución —De Podemos a ‘Jodemos’: las razones de un exjefe del Ejército para ilegalizar el partido de Pablo Iglesias–:
En este panorama electoral me preocupa mucho este partido que ha surgido no sé cómo y al que incomprensiblemente se le tolera concurrir a estas elecciones [andaluzas, autonómicas y municipales, catalanas y generales] cuando lo que habría que haber hecho es prohibírselo y no sé si incluso declararles fuera de la Ley.
UN CAPITÁN ARREMETE CONTRA EL EXJEMAD JULIO RODRÍGUEZ
En noviembre de 2015 llegó la segunda epístola. José María Martín Corrochano, capitán de Infantería, le escribe una carta al general Julio Rodríguez, podemita que fuera JEMAD con Carme Chacón en Defensa, en la que le sacude con la mano abierta y le da una lección tras otra de lo que significa el honor —Carta de un capitán de infantería al general antisistema: «Te desprendes del honrado uniforme del Ejército para ponerte la camisa vaquera»–. Aquí algunos párrafos como ejempl:
Honor es defender y respetar nuestra Bandera, esa que juramos, aunque tú me imagino prometiste, defender hasta derramar la ultima gota de nuestra sangre, y que tu compañero teniente de Alcalde de Barcelona ultrajo en el balcón del ayuntamiento.
Honor es respetar al jefe supremo de nuestras fuerzas armadas, SM el Rey, cuyo busto metieron en una caja tus compañeros del ayuntamiento de Barcelona, o cuyo retrato quitaron del lugar preferente que por ley le corresponde o, como tus más cercanos compañeros de Zaragoza, humillaron tratando de quitar su honroso nombre de un polideportivo.
Honor es respetar la memoria de nuestros muchos camaradas asesinados por la ETA, y con cuyos palmeros gobiernan tus compañeros de Navarra.
CARMENA RECIBE LAS IRAS DE UN DOLIDO NIETO DEL GENERAL SALIQUET
Por último, en los últimos días del año 2015 aparece la carta del nieto del general Saliquet, José Luis S. Saliquet, que escribe una atinada apístola a la alcaldesa podemita de Madrid, Manuela Carmena, por su ocurrencia de borrar el nombre de su abuelo del callejero de la capital de España.
De paso, le mete a la primera edil madrileña por ser una «sectaria anticristiana» de tomo y lomo por lo de esconder los belenes y meter reinas magas en la cabalgatas —El nieto del general Saliquet revienta a Carmena por sus ocurrencias callejeras–. Aquí un breve extracto:
Usted hoy pretende ensuciar la memoria de mis mayores, de la mano de la hijastra de Fidel Castro, a quien ha encomendado la tarea de borrar del callejero el recuerdo de sus asesinatos y de quienes nos defendieron. Cobrará por ello. Yo no cejaré, con mi pluma heterosexual, en señalar su odio, su catadura moral, su tremenda mentira y la bajeza de sus intenciones y actos, abuelita.
Confío que los españoles entiendan qué representa usted y les nieguen su confianza muy pronto. Yo respeto la voluntad de los españoles, como la Ley, pero solo mientras ustedes lo hagan. No pondré la otra mejilla cuando inicien el saqueo que conoció mi abuelo y que aun hoy perpetran marxistas como usted a cubanos y venezolanos, hermanos de España y constituyentes de «La Pepa» con Bolívar y otros patriotas.
Retirar la calle al general Saliquet y sus compañeros de armas, o las que recuerdan el genocidio cristiano, solo sitúa su odio y ensalza las gestas de ellos. No hubo un solo caso de apostasía en la Guerra Civil, los cristianos dieron su vida, mártires.
Mi sonrisa la guardo para los míos, señora. Vaya usted con dios «compañera Manuela». «La Pasionaria» también pidió confesión antes de su muerte, cuando, como usted, ya era anciana.