Los partidos nuevos vienen inoculados del mismo gen de revancha y venganza de los partidos viejos
Nuestra clase política sabe poco de pactos porque se ha acostumbrado a hacer política con cordones sanitarios, pactos del Tinell, el ‘pactaré con todos menos con el PP y con Bildu’ de Pedro Sánchez. Ni grandeza ni sacrificio: el tono político sigue siendo el mismo del de la campaña electoral: sectario y excluyente.
A nuestra clase política le encanta colgarse la medalla con los valores de la Transición pero es incapaz de sacrificar su voracidad de poder por el bien de España. La extrema izquierda golpea a las puertas de Moncloa en pleno vacio institucional y sin que haya ni un mayordomo para mandarlos a tomar por saco.
No, punto. No negociaremos con el PSOE si no tenemos más votos que ellos. Punto. pic.twitter.com/BKt3phAZ23
— Pastrana (@JosPastr) December 28, 2015
Los partidos nuevos vienen inoculados del mismo gen de revancha y venganza de los partidos viejos. Lo dice bien Antoni Puigverd en La Vanguardia: «Nada importante se puede hacer sin el PP: esta es la lección del desventurado periplo del Estatut, que arrancó del excluyente Pacto del Tinell», escribe Puigverd. Es una lección que no han aprendido los que portan el estandarte del cambio y la regeneración.
Pedro Sánchez se ofrece como ‘garantía de diálogo’ mientras él se reúne con Rajoy en Moncloa con un ‘no rotundo’ tatuado en el brazo como los moteros.
Albert Rivera ahora da un volantazo y tiende la mano con una abstención tras haber hecho una campaña en la dirección opuesta.
De un chavista como Pablo Iglesias uno no espera milagros: «Podemos no facilitará un Gobierno del PP ni por activa ni por pasiva». El líder podemita hasta se permite sacar pecho porque tardó dos minutos en decirle ‘no’ a Rajoy.
En las ‘alcaldías del cambio’ un dinosaurio político como Xavier Trías tuvo que recordarle a Ada Colau algo tan esencial como que Barcelona no es Venezuela y que debe negociar con otras fuerzas políticas: «Usted se llena la boca de proclamas sobre la voluntad de diálogo que luego no practica», le censuró entre reproches por la política errática de BComú.
Militantes de PSOE-M, con Tomás Gómez, se reúnen y recogen firmas contra Sánchez https://t.co/4CwPoE1YkQ pic.twitter.com/pvetScgsd4
— La Corte Ciudadana (@CorteCiudadana) December 30, 2015
Rajoy se ha ofrecido a liderar una gran coalición sin descartar ofrecer ministerios a PSOE y Ciudadanos. «Esos son detalles», dijo un huidizo y hermético presidente en funciones. El líder del PP prefiere ofrecer estabilidad, confianza y certidumbre en lugar de crecepelos.
Pero que no olvide, como le recuerda el editorial de ABC, que también su partido, más pronto que tarde, «deberá afrontar una renovación interna generosa, pensando en su electorado y en el conjunto de España».
La meteorología política pronostica borrasca en Cataluña para este fin de semana en el que todo parece indicar que la CUP se manchará sus impolutas manos con sangre y votará a favor de Artur Mas, encarnación de la burguesía catalana del tres por ciento. La imagen no puede ser más patética y ridícula: antisistemas y opulentos de la casta unidos para salvar el procès.
¿Quién está dispuesto a sacrificar cuotas de poder para frenar con determinación el ciclón independentista catalán? ¿Piensa de verdad Sánchez que sus arrumacos con Podemos no se lo llevarán por delante? El precio de la grandeza es la responsabilidad. Ninguno de esos atributos abundan entre los jóvenes turcos que vienen a regenerarnos.
@lbalcarce