Mientras muchos dirigentes del PP hoy están escondidos de vergüenza, Rajoy ha preferido inmolarse en lo de Ana Rosa
Por primera vez desde el 20-D comienza a flotar en las filas populares la sensación de que Mariano Rajoy es un lastre para cerrrar cualquier acuerdo de pacto y que debería dar un paso al costado. Es la sensación que transmiten en privado algunos dirigentes populares y que indicaría que su tiempo al frente del PP comienza a agotarse.
Mientras muchos dirigentes del PP hoy están escondidos de vergüenza, Rajoy ha preferido inmolarse en lo de Ana Rosa: «La corrupción no tiene por qué dificultar las negociaciones para el Gobierno».
La imagen demoledora de un desganado líder del PP en el programa de Ana Rosa en Telecinco pidiendo perdón por enésima vez por la corrupción de su partido y repitiendo aquello de «no volverá a ocurrir» (fin de la cita) ha caído como una bomba entre las filas populares. —Gritos de ‘corrupto’ y ‘ladrón’ para Alfonso Rus, el expresidente del PP valenciano—
Cuando pensaban que el ‘Luis, sé fuerte’ estaba olvidado les ha salido un nuevo grano en toda la frente: «¡Yo te quiero, Alfonso, coño, te quiero, coño!», que exclamaba Rajoy ante la sonrisa y los aplausos de un pletórico Alfonso Rus.
«Va a ser muy complicado que Rajoy, que ha estado al frente del PP todos estos años, que está en los papeles de Bárcenas, y que tiene al partido sentado en los tribunales por su gestión, pueda asumir este tipo de lucha contra la corrupción, y sobre todo que tenga autoridad para ejercerla». Son declaraciones de Albert Rivera que muchos dentro del PP firmarían. —Mariano Rajoy tiende puentes con Albert Rivera y espera que el PSOE acabe estallando—
VALENCIA, ¿TUMBA DEL MARIANISMO?
En política el destino es ineluctable: depara sonrisas para el PSOE (para Sánchez, la suerte de que Pablo Iglesias le haga presidente) y lágrimas para una derecha que podría ver morir al marianismo en la misma ciudad que le vio nacer en el 2008.
Lo que más chirría de la Operación Taula es que el modus operandis sea de extrema pureza pujolista. En Valencia altos cargos del PP montaron un tinglado delictivo ante la más pasmosa pasividad de Génova.–Sergi Castillo: «Alfonso Rus parecía una isla de honestidad en una corrupción que ha afectado todas las instituciones valencianas»—
El audio de Alfonso Rus contando billetes como Tony Soprano con la tranquilidad de quien se sabe intocable hace volar por los aires cualquier negociación en la que esté Mariano Rajoy.
Encima repiten como loros esa estupidez de argumentario de que los casos Bárcenas, Rato y Rus demuestran que la Justicia funciona, que es como decir que el hecho de que un avión se estrelle con 200 pasajeros a bordo demuestra que la ley de gravedad existe.
Que atrapen a los ladrones no significa que haya que tolerar el crimen organizado. Al PP se le agota el argumentario.
C’S, POLÍTICA DE ANFIBIOS
Juan Carlos Girauta ha dicho en la COPE que la corrupción «condiciona un acuerdo con el PP pero no es determinante». Para que luego se quejen los naranjitos cuando les acusan de ser ambiguos.
El portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso sabe que la corrupción es la termita que carcome las vigas que sujetan el sistema. Y ante esa lacra proponer que Rajoy sea interpelado por una comisión de investigación es no querer mojarse.
Girauta baila la yenka diciendo que Rajoy «no es la persona más indicada para abanderar la lucha contra la corrupción» pero al mismo tiempo no despeja las dudas si le exigirían dar un paso al costado y le mantiene con vida.
Ya es hora de que en Ciudadanos asuman que el tiempo de las quinceañeras inmaculadas ha pasado y ahora les toca jugar duro.
Deberían haber aprendido la lección de la nefasta campaña electoral diseñada por el duo novato de José Manuel Villegas y Fernando de Páramo, a los que habría que recomendarles que vean cómo a los disciplinados guerreros Inmaculados los acaban cosiendo a puñaladas en Juego de Tronos.
LA CORRUPCION DEL PP, OXÍGENO PARA SÁNCHEZ
«El PP está podrido por la corrupción. Si alguien piensa que presionando al PSOE va a conseguir que apoye por acción u omisión al partido más corrupto de España para que siga gobernando, se equivoca», dijo el socialista Óscar López, el hombre de Pedro Sánchez en el Senado.
De cara al Comité Federal casos como el de Acuamed son agua bendita para bendecir su pacto con Podemos. ¿Cómo pueden forzarle a pactar con un partido que tenía entre sus gurús demoscópicos al mismo tipo que cobraba mordidas de constructoras?
En Ferraz no ocultan la euforia: la corrupción en el PP ahuyenta las conspiraciones de los barones socialistas que se oponen a morir en los brazos de Podemos.