Elecciones: no habría mayoría progresista y sí de centroderecha

SONDEO ‘ABC’: El PP sube hasta los 127 escaños y Podemos pierde 23 desde el 20-D

IU se beneficia del desplome de la formación de Iglesias y llegaría a 11 diputados

SONDEO 'ABC': El PP sube hasta los 127 escaños y Podemos pierde 23 desde el 20-D
Pablo Iglesias (PODEMOS) frente a Albert Rivera (CIUDADANOS). EP

A tres semanas de que se cumpla el plazo constitucional para investir a un presidente del Gobierno o bien se convoquen nuevas elecciones, el PP confirma su tímida tendencia al alza

EL sondeo realizado por GAD3 para ABC sobre el hipotético caso de que tengan que celebrarse elecciones este 26 de junio de 2016 arroja dos conclusiones.

La primera es que no sería tal la «mayoría progresista» que ha tratado de arrogarse Pedro Sánchez como excusa para gobernar a toda costa, puesto que la mayor parte del electorado español se corresponde con postulados de centro-derecha.

No en vano, el pronóstico de 127 escaños para el PP, unidos hipotéticamente a los 45 que se prevén para Ciudadanos, arroja un total de 172, muy próximos a la mayoría absoluta del Congreso.

Y la segunda conclusión es el desmoronamiento progresivo de Podemos, que perdería casi a uno de cada tres votantes, y una cuarta parte de los escaños, quedándose con 46, al límite de pasar a ser cuarta fuerza política.

Sin duda, Podemos pagaría los platos rotos en una nueva campaña electoral porque sufre fugas de su electorado hacia IU -de 2 a 11 escaños-, hacia el PSOE -sube 5- y hacia Ciudadanos -aumenta otros 5-.

Partiendo de la base de que difícilmente el PP sacaría rédito directo de la sangría de Pablo Iglesias, lo cierto es que Mariano Rajoy se vería beneficiado con escaños derivados del aumento de la abstención, producida por el hartazgo y la desconfianza ciudadana hacia la «nueva política».

Y probablemente, el PP también se vería favorecido por un sutil corrimiento de votos en tres fases: de Podemos al PSOE, de los socialistas a Ciudadanos y de Ciudadanos hacia el PP, como castigo a Rivera por su acuerdo con Sánchez o por un concepto pragmático del «arrepentimiento» tras haber abandonado al PP, para la recuperación de un voto útil que evite un nuevo colapso.

En cualquier caso, sea cual sea el resultado de unos nuevos comicios, no podrá reeditarse la situación de bloqueo producida en España desde el 20-D. Y si se produjesen los resultados de este sondeo, sería imposible que Sánchez tratara de buscar otra ilusoria mayoría.

Pese a la mejora, no sería suficiente y su partido abriría un proceso de sucesión inmediata, dejando vía libre a que Rajoy intentase formar gobierno con Rivera. En ese escenario, y si Pablo Iglesias no miente respecto a su asunción de responsabilidades por errores propios, tendría que dimitir como responsable de Podemos en la misma noche de las urnas.

El electorado continúa castigando al bipartidismo tradicional, pero no observa en los partidos emergentes la solución a los males de nuestra política. Solo identificaría a Rivera como partícipe constructivo de mayorías sólidas.

Iglesias sería, esta vez, el rostro de un proyecto comunista y populista penalizado con tal pérdida de credibilidad que, pese a gozar de un potente grupo parlamentario, sería irrelevante en la práctica, y es muy posible que Podemos tuviese que afrontar una refundación con otro líder.

Las nuevas elecciones serían un mal menor porque por lo menos harían cuadrar las cuentas de la gobernabilidad. Y a su vez, abrirían procesos de purgas internas en la izquierda.

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