El último favor que le hace Zapatero a la causa chavista es prestarse a la farsa de la 'Comisión de la Verdad' de Nicolás Maduro
Si el chavismo tuvo un aliado en Europa muchos antes que Podemos, ese fue José Luis Rodríguez Zapatero. De ahí que la visita del ex presidente socialista a Venezuela para intentar rebajar la tensión entre el Gobierno de Nicolás Maduro y oposición suene a un mal chiste. Porque Zapatero no solo ha sido fiel amigo de los populismos latinoamericanos sino también un chollo en términos de ayudas, subvenciones y venta de armas.
El ahora pacificador fue antes patrocinador de los mismos que han llevado a Venezuela al desastre y ahora viaja a Caracas que a resolver el caos social que él alimentó con su complicidad con los sátrapas bolivarianos.
No había pasado ni un año desde que asumiera el poder y Zapatero ya estaba negociando con Hugo Chávez la venta de buques de vigilancia costera y aviones de transporte bajo la absurda excusa de que ese material no iba a tener ningún carácter ofensivo y que pretendía contribuir a la seguridad y la lucha contra el narcotráfico «en beneficio de los pueblos» como llegó afirmar ZP con esa cursilería tan marca de la casa.
Un auténtico visionario visto los escándalos de tráfico de drogas en el que se vieron involucrados desde el número dos de Chávez, Diosdado Cabello, hasta los sobrinos de su sucesor, Nicolás Maduro.
Del acuerdo por la construcción de ocho patrulleras militares se ocupó personalmente el entonces ministro de Defensa, José Bono, que viajó en secreto a Caracas para firmar el suculento contrato de 1.200 millones de euros.
El negocio de las patrulleras enfrentó al Gobierno de ZP con Washington según quedó reflejado en los documentos de Wikileaks y Bono tuvo que llamar a Julio Iglesias para restablecer el diálogo con la Casa Blanca como admite en sus Memorias.
42 MILLONES EN MORDIDAS DE NAVANTIA
Pero lo que ya nadie se acuerda es que el negociete de los barcos y las patrullas hizo ricos a varios funcionarios venezolanos y españoles a los que les tocó un pellizco de 42 millones en comisiones.
Fue el caso de Javier Salas Collantes, último presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), que salió del Gobierno en 1996, y el que fuera su subordinado en el INI Antonio Rodríguez-Andía. Cada uno se llevó seis millones de euros en mordidas, más las que admitieron haber pagado a altos cargos de la Armada de Chávez.
«La venta de los buques se firmó el 28 de noviembre de 2005 en Caracas. Poco antes, el 30 de septiembre, Navantia firmó un acuerdo mediación con la empresa Rebazve Holding Ltd., a la que otorgó una comisión del 3,5 por ciento de la venta, 42 millones de euros. A su vez, Rebazve contrató a Rodríguez-Andía, expresidente de la pública Trasatlántica, y le pagó doce millones de euros, de los que seis terminaron en cuentas del que fuera fuera su jefe en los primeros gobiernos de Felipe González, Salas Collantes», según informó ABC en 2012.
RAÚL MORODO, EL HOMBRE DE ZP EN CARACAS
Los negocios del zapaterismo también engordaron los bolsillos de Alejo Morodo hijo del ex embajador español en Venezuela, Raúl Morodo, y que ha cobrado al menos 3,8 millones de euros en comisiones de la petrolera estatal venezolana gracias a una sociedad pantalla panameña de PDVSA (Petróleos de Venezuela) con cuenta en Suiza por supuestas labores de «asesoría jurídica». –El hijo del exembajador cobró 3,8 millones de Petróleos de Venezuela—
Alejo Morodo se lo debe todo a su padre, el diplomático socialista Raúl Morodo, y a las excelentes relaciones de este con el régimen de Chávez.
El diplomático socialista Raúl Morodo fue un chavista convencido y pieza clave en la relaciones entre el régimen del sátrapa populista y Zapatero. Su compadreo con los populistas venezolanos era tal que dio pábulo a historias extravagantes como aquella que destapó el periodista Nelson Bocaranda Sardi y en la que contó cómo un día Chávez llamó a Morodo a Miraflores para viajar con él en su avión presidencial para «un viajecito de ida y vuelta de unas dos horas al interior del país».
Cuando aterrizó la aeronave estaban en La Habana. Chávez le presentó a Morodo a los hermanos Castro y el viaje duró hasta el otro día. Morodo no tenía más ropa con él y así terminó el viaje de unas 30 horas. Morodo vio un excelente oportunidad para presentar a Rafael Ramírez, presidente de PDVSA, a su hijo Alejo. De aquellos viajes, esas asesorías bien pagadas con el dinero de todos los venezolanos.
Lo primero que hizo Raúl Morodo Leoncio al llegar a Caracas en 2004 fue advertir al personal de la embajada española que «de ahora en adelante se acababan los flirteos con la oposición al gobierno de Chávez en esta delegación diplomática que ha venido siendo cuestionada por el apoyo del anterior embajador a los golpistas de abril del 2002″. —La relación personal del embajador Morodo con Chávez fue mas allá de la diplomacia—
EXÉGETA DEL CHAVISMO
El socialista Morodo, protagonista de la Transición, fundador del Partido Socialista Popular (PSP) y el hombre que acuñó el apodo de ‘viejo profesor’ a Tierno Galván, tenía línea directa con lo más granado del poder chavista. «Sólo otro embajador, el de Cuba, Germán Sánchez Otero («El Komissar») tenía hasta ahora ese privilegio revolucionario», desveló el diario El Universal.
Morodo dejó testimonio de su lealtad a Chávez en un elogioso artículo publicado en El País el 6 de enero de 2006 en el que defendía que «Chávez, Lula, Kirchner, Morales, Tabaré Vázquez y, eventualmente, López Orador, en México, y Ortega, de nuevo, en Nicaragua, pretenden un amplio desarrollo social, salir de la endémica pobreza y de la dependencia frustrante, no prescindir de las libertades y asentar una multilateralidad productiva». —Venezuela, ¿hacia una democracia avanzada?—
Iñaki Anasagasti, nacido en Venezuela, tiene un mal recuerdo de Morodo:
En 2005 fuimos a Caracas como observadores una delegación de las Cortes Generales a sus elecciones legislativas y ni nos recibió en el aeropuerto, como tenía obligación. Nos ofreció una cena donde no estuvo. Y además se volcó en apoyar a Chávez llegando incluso a escribir un artículo laudatorio que la oposición la tiene tatuada a fuego. Allí le conocí a Monedero. Presentamos una Moción sobre él, y públicamente se rió de la misma. Un indeseable total. Y un vividor. Siempre sospechamos que hacía negocios con el chavismo. Lo que pasa es que se ha centrado toda la crítica en Podemos, pero ahí está Morodo sobre quien empiezan a aparecer informaciones de gruesas irregularidades. Al parecer su hijo se ha forrado a cuenta de comisiones corruptas. Seguramente detrás está él.
DINERO A ESPUERTAS PARA FINANCIAR POPULISMOS
La generosidad de Zapatero con los populismos de izquierdas era directamente proporcional al dinero que por otra ventilla salía hacia la Fundación CEPS, el germen de lo que hoy es Podemos y que hoy amenaza engullir al PSOE.
La Venezuela de Chávez recibió unos 54 millones de euros a fondo perdido, una cantidad modesta comparados con los 125 millones que regaló a la Cuba de los Castro o los 70 millones de euros de deuda que condonó a la Bolivia de Evo Morales.
Zapatero tenía una especial debilidad por el cocacolero Morales al que le soltó 330 millones desde 2009 a 2011, a lo que se suman los 220 millones de euros que donó España entre 2006 y 2008. —Zapatero ha dado a Cuba y Venezuela 180 millones de euros en cinco años-–
Quienes no disfrutaron de la bondadosa chequera española fueron las asociaciones de derechos humanos de Venezuela, a las que se las marginó de las ayudas en 2009 para no enfadar al líder revolucionario. Lo que el pacificador Zapatero les negó a las víctimas del chavismo fue a parar a las arcas de los gays y lesbianas de Zimbabwe con ayudas por valor de 28.810 euros o destinado a levantar un observatorio de género de Camboya que costó 150.000 euros en 2011. —Zapatero, a golpe de subvención—
ZP SE PRESTA A LA FARSA DEL CHAVISMO
El último favor que le hace Zapatero a la causa chavista es prestarse a la farsa de la ‘Comisión de la Verdad’ de Nicolás Maduro para esclarecer lo ocurrido en las manifestaciones de 2014, por las que están encarcelados varios opositores, entre ellos Leopoldo López y con la que un acorralado Maduro espera frenar la Ley de Amnistía proclamada por la Asamblea Nacional.
Zapatero participará junto con los ex mandatarios de Panamá Martín Torrijos y de República Dominicana Leonel Fernández, y no podrá alojarse en la embajada de España en Caracas por haber sido llamado el embajador español Antonio Perez-Hernández a consultas como gesto de protesta por los comentarios de Maduro contra Rajoy. La Comisión de la Verdad está integrada por 16 altos cargos del Gobierno de Venezuela y solo cuatro opositores al chavismo.