El líder del PSOE busca frenar a Susana Díaz en el Comité Federal

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias negocian en secreto desde agosto un gobierno con nacionalistas

La pretensión del líder de Podemos de ser vicepresidente desató esta semana el choque con Íñigo Errejón en las filas del partido

Los barones socialistas confían en tener mayoría para poder impedirle tanto gobernar como la celebración de un congreso

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, no concurren este 25 de septiembre de 2016 a las elecciones gallegas y vascas, pero han hecho su particular campaña electoral durante las últimas semanas.

Ambos se han convertido en dos piezas fundamentales para que la hipótesis del llamado por Pedro Sánchez «Gobierno del cambio» haya irrumpido horas antes de que gallegos y vascos decidan quién les gobernará e indirectamente tomen la temperatura al PSOE y a su líder, envueltos en una indisimulada guerra (Un enloquecido Miquel Iceta a Pedro Sánchez: «Líbranos de Rajoy y del PP»).

Colau (amiga de Iglesias) e Iceta (afín a Sánchez), revela una fuente socialista, han vuelto a engrasar las deterioradas relaciones entre los líderes socialista y populista que han mantenido contactos durante todo el mes de agosto para conformar un acuerdo de Gobierno (Los barones socialistas creen que la estrategia de Pedro Sánchez es «irresponsable»).

Explica Mayte Alcaraz  en ‘ABC‘ que esos contactos secretos han abierto las costuras en las dos formaciones: en el PSOE han supuesto el enfrentamiento sin cuartel de Sánchez con los barones, contrarios a que con 85 escaños su líder se entregue a fuerzas que quieren romper España; y en Podemos han reavivado el choque de estrategias de Iglesias, proclive a colocarse y colocar a sus compañeros en el Consejo de Ministros de Sánchez, y su número dos, Errejón, defensor de posibilitar ese Ejecutivo sin mostrar ansias de poder.

«Un Podemos más amable y que no dé miedo», como replicó en Twitter a su jefe de filas.

Esa nueva «aventura» de Pedro Sánchez, que los críticos en su partido explican en un último intento por acabar con Mariano Rajoy y asegurarse su supervivencia, pasará este domingo un examen definitivo cuando se abran las urnas en el País Vasco y en Galicia.

Esta noche los dirigentes territoriales socialistas, escandalizados con la sola idea de que Sánchez se plantee sumar para ser investido con los votos de Podemos y de fuerzas como la antigua Convergència, PNV o ERC, todas favorables a que se convoquen consultas de autodeterminación, podrán armarse de razones para frenar a su secretario general.

Uno de esos dirigentes sitúa la reacción en pocas horas:

«Si nos damos un testarazo como el que vaticinan las encuestas, perdiendo la mitad de los escaños en Vitoria y siendo superados en Galicia, nuestra única salida será presentarnos el lunes ante los españoles para desautorizar a Sánchez».

Ese mismo dirigente reconoce que la falta de decisión por parte de Susana Díaz y de otros barones ha sido aprovechada por Ferraz, que, haciendo uso de su fuerza orgánica, amenaza veladamente con convocar un congreso exprés el próximo 23 de octubre para reafirmar el liderazgo de Sánchez o consultar a la militancia sobre su segundo intento de Gobierno, seguro de que le secundará en su rechazo frontal a posibilitar con una abstención la investidura de Mariano Rajoy.

Gobierno del cuarto de hora

Tanto el presidente en funciones como el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en absoluta sintonía contra Sánchez, creen que los malos resultados que auguran los sondeos (la pérdida de la mitad de los escaños en el País Vasco y el sorpasso de las Mareas en Galicia), junto al descontento de los presidentes autonómicos con Ferraz, llevará a que en pocas horas el líder socialista desista de formar un Gobierno al que Rajoy ha dado de vida «un cuarto de hora» y Rivera poco más, unos «tres cuartos».

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