Siguen bajando las aguas turbias por el cauce podemita. Ni vídeos ñoños ni nada por el estilo pueden apaciguar la tormenta que se sigue gestando cada día que se acerca el gran cónclave podemita del 10 de febrero de 2017 en el Palacio de Vistalegre (Madrid).
El nuevo episodio de la cruenta guerra civil latente en Podemos la conforma la financiación de las tres candidaturas que concurren a la cita de febrero de 2017.
Según relata esDiario, el anticapitalista Miguel Urbán, el que menos opciones tiene de pescar poder en Podemos, es quien se siente más perjudicado y ha exigido a sus dos rivales, los número uno y dos de la formación, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que hagan públicas las cuentas de lo que van a gastar en sus respectivas campañas.
La propuesta de Urbán pasa por algo tan sencillo y lógico como aplicar en casa la transparencia que Podemos demanda «hacia fuera», según sus propias palabras.
Pero es más que eso, porque lleva implícita la sospecha sobre la cuantía y los fondos de las campañas de Iglesias y Errejón. El propio Urbán afirma que:
Estaría bien que todos viéramos lo que ingresamos, dónde y en qué lo gastamos.
El eurodiputado, sabiéndose en inferioridad de condiciones, propone fijar un techo de gasto en las campañas y crear un portal de transparencia con los datos de gastos e ingresos, en el que cada candidatura rinda cuentas. De hecho la suya ya lo está haciendo en la web Podemos en movimiento.
Está claro que Urbán conoce cómo se las gastan financiaramente sus contrincantes y la hemeroteca está llena de vínculos económicos de Iglesias con el chavismo –Los ingresos chavistas ya le salen por las orejas a Pablo Iglesias– y también de Errejón –La confesión del tarambana de Willy Toledo que deja patizambo a Íñigo Errejón-.
