Es para miccionar y no echar gota. El podemita asturiano Segundo González acudió al Congreso de los Diputados a recoger su acta de parlamentario llevando unas pintas que habrían hecho las delicias de cualquier antisistema que se precie.
El joven se presentó con una camiseta en la que se podía leer el siguiente mensaje:
Juventud sin futuro: sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo.
Sobre la vivienda, este jovenzuelo mucho problema no debería de tener, ya que ha sido uno de los pilares del colectivo Patio Maravillas, especialistas en la okupación de locales. De hecho, es uno de los miembros de ese movimiento que iban a cambiar el mundo, tal y como cuenta el mismo en un artículo en eldiario.es –2011-2016: Recuperando nuestro futuro-:
Hace casi 5 años ya un grupo de jóvenes empezábamos a reunirnos en el Patio Maravillas -bien pertrechados de bolsas de patatas y latas de cerveza- para pensar cómo articular un movimiento social que visibilizara la situación de precariedad galopante de la juventud en España.
Pero lo mejor es cuando, ya con el acta de diputado en la mano, se marca esta reflexión:
Los jóvenes seguimos con los mismos problemas que hace 5 años, condenados a elegir entre paro, precariedad o exilio laboral.
Es evidente que, al menos en su caso, ni paro, no precariedad ni exilio laboral.



