«Fachas no faltan, así que quizá cuando acabemos con esta charla, en lugar de mariconadas de teatro, nos vamos de cacería a Segovia a aplicar la justicia proletaria».
La frase la dijo el líder de Podemos Pablo Iglesias en septiembre de 2013 y en ese mismo vídeo donde Iglesias pedía disculpas por no «romper la cara a todos los fachas» con los que comparte tertulias.
El vídeo ahora es ahora un dolor de cabeza para el ahora diputado de Podemos, cuyo partido intenta borrarlo de YouTube para que no quede rastro de sus justificaciones a la violencia.
En ese vídeo Iglesias le dice a sus acólitos que «aquí, en lugar de dedicaros a beber, os estaréis preparando porque se avecina una crisis terminal del capitalismo y tenemos que estar preparados para tomar las armas» y recomienda el uso de «cócteles molotov».
En las redes los partidarios de Iglesias defendían que lo hacía en tono irónico para criticar el romanticismo táctico de Izquierda Anticapitalista:
«Yo sé que la mayoría de los que estáis aquí vivís de alquiler o pagáis una hipoteca: compañeros, hay que vivir ocupando, hay que arriesgarse, tenéis que convertir vuestra propia vida en una experiencia revolucionaria», ironizaba Iglesias.
«Por supuesto, si nos pegan, no vamos a ir a un juzgado o a un cuartel de la Guardia Civil, esa institución burguesa que protege los intereses de la clase dominante, nosotros hacemos política masculina: con cojones», remachaba.
Irónico o no, Iglesias ha manifestado sentirse emocionado al ver cómo le rompían la cabeza a un antidisturbios, participado de escraches como el que organizó contra Rosa Díez en la Complutense o elogiado a ETA en una herriko taberna.
También ha cobrado de una fundación que asesoraba a Hugo Chávez en materia de escuchas telefónicas a la oposición y ante Iñaki Gabillondo se jactó de haber montado el ‘pásalo’ que acabó en el asedio de la sede del PP tras el 11M en 2004.
