Rivera sigue dando instrucciones desde el banquillo y dibujando estrategias en la pizarra
Llegan a los oídos de Raúl del Pozo que gente del PP está pidiendo a Ciudadanos que exija la cabeza de Mariano Rajoy. Pero el llamado de auxilio del Partido Popular, paralizado por el miedo y la frustración, no parece haber llegado a oídos de Albert Rivera.
Este 1 de febrero de 2016, a su salida de su encuentro con Zarzuela, dio la peor versión de sí mismo, sin discurso y exigiendo a otros que no hagan ‘tacticismo’.
Para eso ya está él dando instrucciones al resto de los candidatos sin salpicarse. «Hace falta salir del tacticismo y entrar en una fase de negociación intensa, necesaria y fructífera».
Rivera sigue dando instrucciones desde el banquillo y dibujando estrategias en la pizarra. Ni siquiera responde a los golpes de Iglesias, al contrario, dice que son compatibles y que juntos pueden regenerar la democracia.
El líder de C’s piensa que la regeneración política puede venir de la mano de una franquicia venezolana-iraní que cobró por asesorar a sátrapas y corruptos y comete la estupidez de tenderle la mano mientras ellos se lo devuelven con bofetadas.
No extraña que en Madrid hayan apoyado el sectarismo de Carmena votando a favor del callejero franquista. Prefieren ser árbitros antes que jugones.
Mientras Ciudadanos sigue las recetas arriolistas de Villegas y De Páramos en Podemos ya imaginan el próximo gobierno. Apunten: Iñigo Errejón como ministro del Interior y a César Luena le dejan como muestra de generosidad la cartera de Agricultura.
A través de su cuenta de Twitter, Podemos Zaragoza ha difundido una imagen con el esquema de gobierno donde se puede leer uno a uno los nuevos ministros y sus responsabilidades.
Por ejemplo, Alberto Garzón como titular de Economía, Hacienda y Competitividad; Carolina Bescansa en la cartera de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; y Meritxell Batet como ministra de Empleo y Seguridad Social.
Iglesias dijo que había que ayudar a Sánchez y ya lo están haciendo con una nueva humillación: diseñando su futuro gobierno. Menos mal que no querían sillones.