Le han dado hostias como panes y aún debe estar grogui de la paliza dialéctica a la que se ha visto sometida Celia Mayer.
La concejal de Cultura se enfrentaba el 12 de febrero de 2016 a una sesión de la comisión municipal de su departamento y, lejos de hallar mano de seda en el PSOE, partido que dio su brazo a torcer para que Ahora Madrid gobernase, la socialista Mar Espinar le dio hasta en el mismísimo DNI.
Todo vino a cuenta de la mamarrachada de retirar la placa a los carmelitas asesinados. Esto es lo que la del PSOE le espetó a la okupa Mayer:
Fue una pataleta de niña inmadura que pretende incumplir las reglas sólo para reafirmarse ante sus amigas. La gestión que usted hace es sectaria, opaca y con un profundo desconocimiento de la cultura y eso ha provocado ocho meses de parálisis.
Añadió que:
Usted no ha entendido la Memoria Histórica. En cuanto se acercó a ella la deformó hasta lo grotesco, la convierte en ese espejo de circo que distorsiona la silueta hasta lo esperpéntico, pero la ley no es un circo y las cosas no están para reírse. No entiende la ley porque usted y sus palmeros creen que lo saben todo, creen con fundamentalismo en unos prejuicios inamovibles y con disciplina espartana entran como elefantes en una cacharrería.
Y no dudó en acusarla de impostada, de mero postureo cuando están los medios de comunicación delante y de actuar como una sectaria cuando la prensa ya no está:
Cuando no hay cámaras delante no parece ser partidaria del diálogo político. Tiene puño de acero y mandíbula de cristal. Tiene falta de rigor, la prisa, el fanatismo… La agilidad es más propia de primates que de los políticos. Su gestión es una chapuza tras otra porque tenemos una concejala de cultura que no entiende que lo público no es suyo sino de todos.