Es un ¡sálvese quien pueda! Los militantes más desencantados con el rumbo que está tomando el PSOE han optado por tomar las de Villadiego y plantar a Pedro Sánchez.
Los datos sobre los afiliados que ha ido perdiendo la formación de Ferraz en los últimos años y a los que ha tenido acceso el diario La Razón dejan bien a la claras que la llegada del ‘guapo y sonrisa Profidén’, lejos de suponer el fin de la sangría de bajas que se vienen registrando mensualmente en la fuerza del puño y la rosa, prosigue a marchas forzadas.
En año y medio de Sánchez en la secretaría general del PSOE, llegó en la segunda mitad de 2014, el partido se ha ido dejando una media de 500 afiliados por mes lo que haciendo una multiplicación sencilla por 18 da la contundente cifra de 9.000 militantes que le han dicho ‘good bye’ al ‘guapo’. La cifra exacta es de 8.956 afiliados menos.
UNA FUGA QUE NO PARA DE CRECER
El desencadenante de la fuga de militantes no puede achacársele a Sánchez, ni mucho menos, porque el germen de la desafección socialista surgió tras la crisis económica y el ocaso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Una situación a la que Alfredo Pérez Rubalcaba fue incapaz de poner freno, ya que durante su etapa al frente de la Secretaría General socialista se produjo la pérdida más acusada, casi 20.000. La renovación y el impulso de Sánchez tampoco han servido para revertir la situación, si bien sólo han mitigado el ritmo del descenso de las filas socialistas, que en los últimos ocho años ha sido de 48.000 militantes aproximadamente.
