Un documento filtrado sobre comunicación, imagen y marca personal, destinado a Podemos y especialmente a Pablo Iglesias en 2015, está dejando en evidencia al líder podemita, al que se le presumía talento y condiciones innatas para hacer llegar su mensaje.
«Que luego no digan que Ciudadanos somos un partido de marketing» le reñía Albert Rivera divertido, y es que el hecho de que a Pablo Iglesias le digan el número de veces que tiene que pestañear porque lo hace demasiadas, no deja de resultar cómico.
En una nueva parte del informe publicado por El Confidencial llega lo relamente curioso, la analogía que se ha pretendido con Esperanza Aguirre:
Para avanzar en esa línea, el dosier consideró que Pablo debía seguir el ejemplo de un liderazgo tan aparentemente antagónico «como el de [Esperanza] Aguirre (populista pata negra)». «Los males del partido son puntos que ella suma (y que por tanto a la postre suma el propio partido)», recoge el informe. También sugirió a Iglesias que tomara como referencia «el liderazgo de [Hugo] Chávez», a pesar de que Podemos ha hecho un esfuerzo titánico por distanciarse en público del régimen bolivariano. «En este preciso aspecto, supone una analogía que hay que medir con cautela pero que es muy fértil», aconsejó el documento.
El dosier vuelve a Chávez solo unas líneas después. Los especialistas de Podemos pidieron a Iglesias que se fijara en cómo el dirigente populista había convertido su liderazgo en una «marca personal». Ese tipo de dirigente, según el documento, «es capaz de no resentirse por lo que suceda o haga mal el partido»; «es capaz de contradecir públicamente decisiones del propio partido (o de dirigentes medios) sin que eso suponga que el partido tiene un problema interno»; y no necesita «promocionar todo lo que hace como algo del partido». «Para conseguir generar una marca propia [Pablo Iglesias] tiene que hacer cosas que no sean de Podemos, sino que sean cosas solo de Pablo Iglesias».