Todos los focos de la fractura de Podemos en Madrid apuntaron en un primer momento a Luis Alegre, secretario general del partido en esta destacada plaza, pero ahora empiezan a aparecer otros responsables del desaguisado podemita: Tania Sánchez y Miguel Vila —A ‘Pablenin’ Iglesias se le acaba la ‘baraka’: tres encuestas hunden a Podemos tras el debate de investidura–.
Además, ante el jaleo derivado de las diez dimisiones en Madrid y los problemas en otras organizaciones territoriales, Íñigo Errejón se reunió con Iglesias durante una hora en el Congreso y decidieron una estrategia: la culpa de todo es del PSOE. Mediante un mensaje de Telegram enviado a los cargos del partido, Errejón pidió a los suyos ser «cautos» y mostrarse unidos; todos a una culpando al Partido Socialista de desestabilizar al partido.
TANIA SÁNCHEZ NO CAE BIEN EN LAS BASES PODEMITAS
A nadie le va a extrañar que Tania Sánchez, que siempre juró que no iba a entrar en Podemos pero en la que siempre destacó su deseo de ascender y su ambición por llegar al poder, sea una de las culpables de las fricciones en Madrid. Cuenta el diario El Mundo que la ex de Pablo Iglesias ya generó desestabilización en las elecciones autonómicas de mayo de 2015 con las candidaturas de unidad popular en varios municipios.
Otro que estaría en la lista de los culpables de las diez dimisiones en Podemos Madrid sería el número dos de Luis Alegre, Miguel Vila, más conocido por su idilio de piropos mediáticos con Andrea Levy (PP) que Iglesias llevó a la tribuna del Congreso —A falta de pactos, se destapa el amor PP-Podemos en el Congreso–.
El Mundo cuenta cómo las gestiones de Tania Sánchez en abril de 2015 terminarían por dañar a Podemos:
Tania Sánchez negocia en al menos 30 municipios, a través de su plataforma, Convocatoria por Madrid, montar candidaturas de unidad popular, en las que estuvieran incluidos Podemos, ex miembros de IU -afines a ella-, integrantes de Equo y de diferentes movimientos municipalistas. En al menos dos localidades madrileñas, Alcorcón y Aranjuez, su estrategia debilitó al Consejo Ciudadano local de Podemos. En otra, Rivas Vaciamadrid, su estrategia ayudó al cisma interno —Ana Rosa sonroja a Tania, que reaparece con el papelón de defender el guerracivilismo de Iglesias–.
En Alcorcón, acabó liderando el partido instrumental, Ganar Alcorcón, Jesús Santos, ex candidato de IU y afín a Tania. El consejo de Podemos decidió salirse del partido tras un proceso con irregularidades, según fuentes internas de Podemos. En Aranjuez pasó algo parecido. Su negociación y su estrategia provocaron que muchos miembros del círculo no quisieran participar en la coalición Aranjuez Ahora, que lideró también una ex dirigente de IU. El consejo ciudadano se disolvió. En Rivas, la localidad de Sánchez, donde creció políticamente, su plataforma apoyó a Somos Rivas, la plataforma liderada por Pedro del Cura (IU) y donde había miembros de Podemos. La parte mayoritaria de la formación morada, sin embargo, se presentó en una candidatura rival, Rivas Puede, pese a que el consejo autonómico intervino la dirección local. Algunos en el partido achacan a Tania Sánchez parte de aquel conflicto.
Gracias a todo este lío, Tania Sánchez, que siempre fue una de las figuras más mediáticas en Podemos desde su llegada, adquirió el poder que necesitaba aún estando a la sombra de los focos de la televisión que tanta fama le había dado.
MIGUEL VILA, TAMBIÉN SEÑALADO
Aunque la carta de renuncia de los podemitas dimitidos en Madrid no señalaba nombres propios ni motivos evidentes, el secretario general Luis Alegre, su segundo Miguel Vila y la falta de acción de ambos por estar más pendientes de otras cosas, fueron definitivos.
Cuenta el periódico de David Jiménez que Miguel Vila estuvo siempre más pendiente de conseguir su escaño nacional por Burgos que de coordinar el partido en Madrid, igual que Alegre con sus pies metidos en el Consejo Estatal. Vila, por cierto, es un protegido de Tania. Al final, la salida de Emilio Delgado, número tres en Madrid, quien realmente tomaba decisiones y desbordado de trabajo, supuso el final desencadenante.
«Tania y Vila se repartieron los pueblos como si fueran cromos», señalan fuentes conocedoras de aquel proceso con el visto bueno de Luis Alegre, pero la podemita no es una persona querida en las bases del partido.