Para Juan Carlos Monedero, lo deseable hubiera sido que Sergio Pascual se hubiera marchado por su cuenta y no haber obligado a Pablo Iglesias -al que apoya sin fisuras- a cortarle la cabeza. Monedero, a su vez, el mismo que se vio obligado a apartarse de la primera linea de Podemos por sus problemas con Hacienda, vuelve a sentirse cómodo de nuevo en su papel de víctima y carga contra el sistema y los medios de comunicación «porque cualquier cosa que pasa en Podemos se magnifica»–Hasta Público desmonta a Iglesias: «¿No quedamos en que la crisis de Podemos era una conspiración del PSOE y el Ibex?»–.
En un mensaje privado enviado a los miembros de Podemos y filtrado a El Huffington Post, Monedero aplaude la decisión de iglesias y carga no ya solo contra Pascual sino contra los miembros de Podemos Madrid que tomaron las de Villadiego antes que él–Rafa Mayoral reconoce que las asambleas son historia en Podemos e Iglesias es el que manda–:
Hay que invertir los esfuerzos. Cuando alguien te dimite en mitad de la investidura, como ha ocurrido con los compañeros de Madrid, es porque dan más importancia a su situación personal que al proyecto colectivo. Algo hemos hecho mal. Es intolerable en sus consecuencias que eso haya ocurrido y hace daño al proyecto de España. Esas dimisiones, marcadas por legítimos intereses pero expresados en un momento en donde el foco estaba en otro lado demuestran que aún no somos el partido que queremos ser
Para Monedero, por culpa de esos miembros dimisionarios enfrentados a Luis Alegre y a Sergio Pascual, se refuerza «el sistema» contra el que lucha Podemos y en especial, el PSOE–La acalorada discusión entre Errejón e Iglesias que precipitó la destitución de Pascual--:
Las dimisiones han logrado que no hablamos de que el PSOE ha invitado a la mesa al PP sino de los problemas internos. Vuelve a ganar el sistema. Tenemos que aprender de quiénes son los que tenemos enfrente. Colmillos retorcidos de la vieja política.
Especialmente el PSOE. Y en la organización que a mí me gustaría tener, Pascual, como cualquier otro, hubiera dimitido después de esa crisis madrileña. Y no habría pasado nada.
El momento hilarante llega al final del mensaje:
No entiendo que nadie en Podemos se aferre a los cargos. Hacemos cosas bien y cosas mal. Si pesa más una que otra lo dejamos. Hay que desacralizar los cargos. Por otro lado, que cualquier cosa en Podemos se magnifica es evidente.
Si la primera discusión en un matrimonio sale en la televisión es bastante probable que se divorcien. Si los medios insisten en que se odian e inventan agravios como decir que has levantado una ceja es probable que eso termine cuajando en la pareja. Por eso tenemos que hacer un esfuerzo extra de unión y compañerismo. Por eso la carta de Pablo reivindicando otra vez la belleza y los cuidados. Desterrando la máquina de triturar cariño que hay al lado de la de triturar papel en todos los partidos.
