Pablo Iglesias intenta minimizar el impacto electoral de impedir un pacto delegando en sus bases

El destino de Pedro Sánchez queda en manos de 400.000 podemitas

«Si finalmente no fuera posible llegar a un acuerdo porque el resto de actores no están dispuestos a ceder, nos veríamos en una situación electoral que asumiríamos con la voluntad de ganar las elecciones»

El destino de Pedro Sánchez queda en manos de 400.000 podemitas
Pablo Echenique, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en el Consejo Ciudadano de Podemos. EP

Seremos oposición si no queda más remedio, no nacimos para ser oposición, sino para gobernar, y estamos dispuestos a lograr acuerdos para gobernar

Pablo Iglesias anunció este 2 de abril de 2016 que la posición final de su partido en cuanto a la investidura de Pedro Sánchez será decidida por «la gente» de Podemos, es decir, por los casi 400.000 inscritos en web del partido (Señores del PSOE, no es lluvia; es pis).

De esta manera, una cuestión de capital importancia institucional -la formación de gobierno en España- quedará en manos de un dudoso censo que incluye, como explica A. Rojo en ‘La Razón’, un número indeterminado de inscritos falsos con DNI inventados.

Así lo anunció el secretario general de Podemos en su discurso inaugural del Consejo Ciudadano del partido que se celebró ayer en Madrid.

En su intervención en abierto, Iglesias dio por hecho en varias ocasiones el escenario de repetición de elecciones, gesto que supone un cambio en la retórica empleada por los portavoces de Podemos, que hasta el momento se habían centrado en hablar de un «gobierno de cambio a la valenciana».

«Si finalmente no fuera posible llegar a un acuerdo porque el resto de actores no están dispuestos a ceder, nos veríamos en una situación electoral que asumiríamos con la voluntad de ganar las elecciones».

El secretario general de Podemos aseguró en cualquier caso que nadie en la directiva del partido defendía en estos momentos abstenerse en la votación de investidura de Sánchez y, de esta manera, propiciar que forme gobierno.

«Esta posibilidad no nos permite cumplir el objetivo para el que nacimos, que era cambiar las cosas».

La abstención contribuiría, aseguró Iglesias, a que continuaran en La Moncloa las políticas de Rajoy y supondrían, en la práctica, una gran coalicion encubierta.

De esta manera el líder del partido morado avanzó que su postura en esa consulta a las bases será el voto negativo a la investidura de Sánchez.

«Seremos oposición si no queda más remedio, no nacimos para ser oposición, sino para gobernar, y estamos dispuestos a lograr acuerdos para gobernar», dijo Iglesias reiterando su voluntad de trabajar hasta el último momento en un pacto de gobierno con los socialistas.

El secretario general de Podemos desarrolló esta idea cuando dijo a los 80 miembros del Consejo Ciudadano que el partido «no nació para ser los contestatarios en el Parlamento, para ser una fuerza que se limitara a trasladar las quejas ni para ser la fuerza de la indignación, sino que nacimos para ser un instrumento para convertir la indignación en políticas públicas».

Con la decisión de delegar en las bases lo que Iglesias denominó «la última palabra» sobre el sentido del voto de los 65 escaños de Podemos en el Congreso, el líder de la formación de extrema izquierda pretende socializar el coste político de que sea su partido quien imposibilite la formación de gobierno, una circunstancia que podría perjudicar el resultado electoral de Podemos de producirse nuevas elecciones.

Además, estando el partido sumido en una importante crisis interna, el gesto de dar voz a las bases ofrece la posibilidad de proyectar una imagen de democracia interna y erosionar la percepción de Iglesias como líder mesiánico de Podemos con un control omnímodo de toda la estructura del partido, una percepción que se vio potenciada con su golpe de mando al destituir a Sergio Pascual.

El Consejo Ciudadano de ayer permitió volver a ver, semanas después de que se desatara la crisis en Podemos, a los dos principales líderes del partido, Iglesias y Errejón, trabajando juntos. En la mesa que presidía la asamblea de Podemos, Errejón apareció a la izquierda de Iglesias.

A la derecha se sentó Pablo Echenique. El secretario general, preguntado por los medios sobre su relación con Errejón, dijo que seguirá trabajando con él porque «es una de las mejores cabezas políticas, no sólo de Podemos, sino de la política española».

También hubo un capitulo dedicado a las disensiones internas del partido en la intervención inicial de Iglesias durante la cual el líder del partido echó mano a su arsenal de eslóganes sobre la identidad de Podemos:

«Nadie es imprescindible en Podemos y nadie sobra en Podemos».

Una vez más se explicó que, lejos de tratarse una crisis interna, lo sucedido en las últimas semanas es un saludable ejemplo de debate transparente.

«El debate político lejos de dividir tiene que reforzar. Lo que no mata te hace más fuerte».

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