Los socialistas mantienen una considerable fidelidad de voto. Pueden sufrir fugas hacia otras formaciones políticas, pero estas no parecen tan grandes
La caída den picado de Podemos, con sus confluencias, es lo que más llama la atención de la última encuesta del CIS. El dato es demoledor: conseguiría un 17,7% de los sufragios frente al 20,7% que logró en las elecciones del 20-D.
También constata que la formación que encabeza Pablo Iglesias es la que cuenta con un electorado más volátil, hasta el punto de que ahora sólo el 63,4% de los que escogieron su papeleta en las pasadas elecciones se muestra dispuesto a repetir -en enero, esa cifra era del 84,7%, 20 puntos más-. —Alberto Garzón aceptaría ir quinto en la lista de Podemos, si Pablo Iglesias paga la deuda de IU—
El CIS confirma lo que venían avisando los analistas demoscópicos en privado:el recuerdo de voto de Podemos casi desaparece de cara al 26-J. La marca Podemos, incluyendo a sus aliados, sufriría la fuga de uno de cada tres de sus votantes.
El País contextualiza el momento en el que fue hecha la encuesta. A la hora del trabajo de campo del CIS, Iglesias había dado supuestas muestras de flexibilidad y voluntad por alcanzar un pacto con los socialistas, «pero arrastraba aún las consecuencias de una primera intervención en la que quiso imponer a Sánchez la composición de un Gobierno y se reservó para él la vicepresidencia».
En efecto, el 36% de los electores de Podemos cambiará su papeleta el 26-J. Y lo mismo sucede con sus dos principales confluencias: En Comú Podem sólo retendría el 69,9% de sus votos y En Marea, el 62,1%. —Garzón ‘imita’ al «tonto y subnormal» de Carmona acordando una alianza con Podemos-–
ABC se lo acahaca a su maniobra de empezar a exigir sillones en el Gobierno nada más llegar al Parlamento nacional les sigue pasando factura. Y, en definitiva, la evidencia de que no han sido un voto «útil» para la izquierda, también. La formación morada, junto a sus marcas territoriales, suma en el CIS un 17,7 por ciento de estimación de voto, tres puntos menos que en diciembre, pero 4,2 puntos menos que en el barómetro de enero.
Para La Razón las causas hay que buscarlas en la mala situación del PSOE, que no acaba de encontrar su suelo electoral y sigue cayendo en intención de voto, va a ser aprovechada en lo posible por el líder del partido morado, Pablo Iglesias, a quien el barómetro del CIS mantiene como tercera fuerza:
«a pesar del varapalo que supone para el conjunto de la formación el desplome en la intención de voto de sus aliados valencianos de Compromís, que pasaría del 2,67 por ciento de los votos obtenidos en las elecciones de diciembre a un escuálido 0,4 por ciento que le pronostica la encuesta, como onerosa factura tanto a su pacto «a la valenciana» como a su intento de desmarcarse parlamentariamente del resto de la coalición morada».
Es un pesimismo en torno al PSOE que no comparte El País. El diario de PRISA apunta en su editorial que el debilitamiento de las expectativas de voto a Podemos «plantea un cierto terreno de recuperación de espacio electoral para el PSOE -consolidado como segunda fuerza política en el sondeo del CIS-, a la vez que apuntala las razones por las que Podemos e Izquierda Unida están improvisando una alianza para las elecciones generales de junio».
«Los socialistas mantienen una considerable fidelidad de voto. Pueden sufrir fugas hacia otras formaciones políticas, pero estas no parecen tan grandes como las experimentadas en diciembre. Cuentan con la ventaja de que no provocan tanto rechazo en electorados ajenos como el que suscitan el Partido Popular o Podemos. Está claro que las fronteras del electorado socialista con el de IU/Unidad Popular y con la propia Podemos ofrecen la porosidad suficiente como para ser sensibles a los proyectos políticos que se pongan encima de la mesa».