La relación entre Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre no fue mala, pero sí que hubo un distanciamiento
Cristina Cifuentes, una mujer por descubrir. ¿Cómo se ha sobrepuesto al dolor, al coma y a las emboscadas que le han tendido sin demasiado éxito? ¿Hasta dónde llega su instinto vitalista? ¿Quiénes son sus aliados? ¿Por dónde transitan sus enemigos? ¿Por qué se ha intentado poner su trayectoria política al límite y la personal contra las cuerdas? ¿Qué se sabe de sus sueños y sus secretos? ¿Cuál es su papel en el futuro del Partido Popular? ¿Cuáles las claves de su empatía y su embrujo? Una voz propia, más cerca de la independencia que de la disidencia.
‘Sin ataduras’ (Esfera de los Libros) es una biografía que inspecciona y recorre de la mano de una treintena de políticos -partidarios y detractores- las claves no solo del futuro en la política de Cristina Cifuentes sino del futuro de la propia España.
En este libro se ofrece el retrato más íntimo de Cristina Cifuentes, la mujer que no teme la sobreexposición, que entiende que los políticos no pueden estar en una burbuja.
Desde su entorno se hace un retrato de su carácter, «le ayuda su vitalidad, su serenidad. Ser accesible y generar la impresión en su interlocutor de que hay algo interesante por contar, la chispa que puede producirse en cualquier segundo. Un milagro en la derecha».
LAS MÁXIMAS DE CRISTINA CIFUENTES
Sus máximas son: «Lo importante es no crear un problema mayor tratando de imponer un punto de vista menor» y «a veces hay que usar la mano izquierda, otras la derecha y, en ocasiones, ambas».
«Tiene una virtud extraña en política: la de buscar siempre a los mejores, a los más capaces, sean o no d e su cuerda», dice uno de los suyos. Su presencia no deja indiferente «Con tacones, tatuajes y coleta se ha convertido en la nueva esperanza de los conservadores españoles». Pisa fuerte sobre el escenario una política y se mueve como una top model sobre la pasarela:
«Segura de sus objetivos, aparece siempre con elegantes trajes, tacones altos y barbilla alzada. ¡No aparenta sus 51 años!» Y Cifuentes es de las pocas personas capaces de fotografiarse «en perfecta armonía y sincronización» con Mariano Rajoy . Para ella, su coleta representa «disciplina y austeridad». Se considera esencialmente auténtica. «Soy lo que parezco, digo lo que pienso, no sé ser de otra manera, y no voy a cambiar». Le encanta leer. El cine es su vocación frustrada. Le habría encantado escribir («cuando deje la política podría publicar un thriller político»).
TITULARES DE LA ENTREVISTA CON ALFONSO MERLOS
Rotundamente, la biografía de Cristina Cifuentes no está autorizada. La biografiada no ha leído ni una sola línea.
Hace tres o cuatro años, a nivel nacional, Cristina Cifuentes era una completa desconocida.
Cristina Cifuentes no fue la primera opción de Mariano Rajoy como delegada del Gobierno en Madrid.
La relación entre Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre no fue mala, pero sí que hubo un distanciamiento.
La carrera política de Cristina Cifuentes aún está por hacer.
Cristina Cifuentes no ha sido un verso suelto, pero sí ha sido una voz propia, pero nunca con la intención de diferenciarse de nadie o de chocar contra alguien.
Cristina Cifuentes no tiene detrás un gran equipo como lo pudieron tener Aguirre y Gallardón. Y no lo tiene porque aún no existían los ‘cifuentistas’.
Se ha hecho una tarea de desmontar la televisión pública madrileña del PP de Aguirre y ahora no sé si esta Telemadrid será la de Cifuentes, la de Cifuentes y Ciudadanos o de quién. Esa televisión está por construir.
Me da pena porque en cualquier medio tienes que tener un proyecto que cuaje pero se han desarrollado unos mecanismos para hacer de Telemadrid como la BBC y eso lleva unos tiempos. A esa Telemadrid que está por venir no la conozco
Para Cifuentes a veces hay que usar la mano izquierda, otras la derecha y, en ocasiones, ambas
La despolitización (de Telemadrid) es un insulto porque estás dando por hecho que los periodistas que había antes no eran tal sino políticos. Creo en la TV pública que tenga el afán de alcanzar la objetividad pero no creo en el axioma de ser objetivos como la BBC. La objetividad es una aspiración pero no una realidad.
Alfonso Rojo y otras personas me han contado que consideraron injusta su defenestración pero lógica. No existían razones profesionales para despedirlo de un día a otro pero lógica porque si buscabas un canal más blanco pues un debate efervescente como era aquel no encajaba. Yo participaba en él y había libertad para exponer nuestras ideas.
¿Quién se carga el debate de Alfonso Rojo en Telemadrid? Fue una inercia, en medio de esas negociaciones pensaron que si los directivos laminaban la figura de Alfonso era quitar una piedra en el camino de conseguir la nueva Telemadrid. Simplificando, hay determinados directivos que eran los primeros espadas del aguirrismo que cambian su chaqueta y quieren convertirse en los primeros espadas de cifuentismo. Esa es su visión
La voluntad de intervenir de Cifuentes en la televisión pública la tiene menos acentuada que Aguirre o González.
El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy tiene muchas virtudes y un rasgo, él no cree en la comunicación. Es un rasgo muy desarrollado debido a que la comunicación no le hizo falta en el pasado para llegar a donde ha llegado y no se le ha podido convencer para que cambie esa idea. A eso hay que añadir que Arriola siempre ha creído que en política es mejor no equivocarse que acertar. Y esa estrategia de incomunicación es la que cautiva a Rajoy.
Cifuentes tiene materia prima muy buena: ella cree en la comunicación y en el contacto con los jóvenes. ¿Defectos? Los tiene, pero nada de lo que se ve es impostado. Hay algo que debe vigilar y es una comparación muy peligrosa, la que se le hace con Gallardón. Un político que siempre agradó al centroizquierda y a Prisa. A Cristina le pasa lo mismo y puede caer en el error de agradar a esa parte y perder apoyos incondicionales de la derecha. Quizá, insisto, le gusta hacer demasiados guiños.
FOROFA DEL MADRID Y AFICIONADA A LOS TOROS
Forofa del Real Madrid y muy aficionada a los toros, mucho. Los tatuajes, una excentricidad (otra de nuevo) en el establishment , ese grupo dominante visible o élite que ostenta el poder o la autoridad en cualquier sociedad. Cristina Cifuentes luce cinco: un sol, una estrella, una rosa, unas letras chinas y un tribal. Todos se los hace en momentos importantes de su vida. «Es una conversadora amable, le gustan las sobremesas en las que defender sus ideas con argumentos seductores. Veo a una mujer muy racional, metódica, diligente, de un orden exquisito.
Una líder de la que destacan su gran equilibrio a nivel emocional, instintivo y racional; su hiperactividad; su predisposición para nuevos retos y proyectos; su capacidad para crecerse frente a la adversidad; su gran espíritu de superación; su ambición y deseo de mejora constante; su buena base para soportar largas jornadas de trabajo; su buena canalización del mundo de las ideas a su realización; su carácter más racional que emocional o instintivo .
POLÍTICA Y ALGO MÁS
CIS de abril de 2015. Un 64% de los menores de 34 años dice que «con toda seguridad no votaría nunca al Partido Popular» . Les inquieta el empleo, el emprendimiento, la calidad de la educación, la igualdad de oportunidades para desarrollar sus proyectos de vida. Poco más que añadir. Y en este escenario , Cifuentes conecta. Representa un nuevo tipo de liderazgo no basado en el control jerárquico e inamovible sino en la seducción creativa.
Cifuentes no ve necesaria la refundación del PP . «Una cosa es reformar, renovar y cambiar muchas cosas . Eso sí. Pero no creo que haya que empezar de cero. Tenemos una base muy sólida. Lo que ocurre es que tenemos que recuperar la confianza de muchísimas, de miles de personas que nos han dejado de votar».
«El PP ha llegado a un punto en el que debe volver a sus esencias. Es clave. Generalmente, en los partidos, el problema surge cuando intentan abarcar tanto espectro que al final se adaptan a cualquier tendencia, y no se repara en que intentar contentar a todas las partes, o casi, acarrea un desgaste. Por lo tanto, el PP tiene que recuperar sus raíces, volver a pensar en los votantes que le han dado las mayorías, que están en la moderación y al mismo tiempo en la firmeza: ésa es la clave. Y no puede dormirse, porque la sociedad está cambiando muy rápidamente».