Es un planteamiento un poco singular, no una ocupación como tal. Desde el momento en el que haya una reivindicación de la propiedad, hay que reconocer los derechos del propietario y cumplir rigurosamente
«Es un fenómeno cultural extendido por toda Europa». Lo ha vuelto a hacer. Manuela Carmena destapa por enésima vez el tarro de las esencias y vuelve a poner el foco sobre sus declaraciones al definir así a las ocupaciones de edificios vacíos.
Y eso que la veterana regidora de la capital española reconoce veladamente que hacerlo, aunque sea con fines culturales, supone un delito de usurpación–Ada Colau negoció comprar el ‘Banco Expropiado’ para regalárselo a los okupas–.
Este viernes 3 de junio de 2016 Carmena ha dado su visión de esta polémica -con los incidentes en el barrio barcelonés de Gracia aún calientes- en un día que su concejal Guillermo Zapata se sentaba ante el juez por haber ocupado un edificio vacío: el Patio Maravillas–El antisemita Zapata, a juicio por ‘okupar’ el Patio Maravillas–.
Normalmente, se ocupan edificios vacíos y sin rentabilizar. No sólo aquí. En Berlín, en Londres, en París. Es algo generalizado. Lo suyo es que cuando los propietarios reivindican la propiedad, estas personas se marchen y dejen a quien le corresponda recuperar su posesión.
MANUELA CARMENA CON SU RESPONSABLE DE CULTURA, CELIA MAYER
Comentaba la alcaldesa, con un tono de normalidad para un cargo de responsabilidad como el suyo que asusta. Y eso que ha añadido lo siguiente:
Está previsto como un delito de usurpación pero independientemente de eso, es un fenómeno cultural extendido por toda Europa.
Es un planteamiento un poco singular, no una ocupación como tal. Desde el momento en el que haya una reivindicación de la propiedad, hay que reconocer los derechos del propietario y cumplir rigurosamente.
El Patio Maravillas fue un edificio de la calle Pez, en el centro de Madrid, que un colectivo utilizó sin el permiso del propietario para desarrollar lo que ellos consideraban actividades culturales hasta que fue desalojado por las fuerzas de seguridad–El número 2 de Carmena, Nacho Murgui, presume de ‘okupa’–.
Era lugar de reunión de varias personas que ahora ocupan cargos en el ayuntamiento, como el propio Zapata y la inefable concejal de Cultura, Celia Mayer–El Ayuntamiento podemita de Madrid no impide el desalojo del nuevo ‘Patio Maravillas‘–.