Podemos y sus cosas. Nadie puede negar que desde que la nueva política irrumpió en nuestro país ha habido de todo, cosas coherentes, otras que al menos pueden ayudar al debate regenerador del país y ya por último, y cada vez con más frecuencia, propuestas descacharrantes y despilantes.
No han pasado despercibidas en los últimos tiempos lo que algunos medios calificamos de ‘carmenadas’, y que buenas críticas nos valen desde la acera de los de siempre, pero que hasta en el Ayuntamiento de Madrid ha obligado a algunos a echarse las manos a la cabeza cada vez que Manuela Carmena ha abierto la boca. Algunas de ellas, al menos, han obligado al propio equipo de Ahora Madrid a rectificar.
Y lo mismo vale para Ada Colau o Kichi, otros de los alcaldes del cambio, que son cuanto menos criticables. Pero quizás el que va a hacer saltar la banca es el diputado de las Cortes de Aragón Nacho Escartín.
El miembro de la formación morada, que comparte apellido y procedencia con el glorioso ciclista del Kelme, va a dar que hablar gracias a su última genialidad porque ha planteado, ni corto ni perezoso, que se usen a los refugiados que llegan masivamente a Europa para «repoblar» el medio rural español.
Y es el que el problema de la despoblación en territorio aragonés preocupa. Y seguramente no sea solo allí.
Las zonas del interior de España, las situadas en la Meseta, llevan años sufriendo el transvase de su población del campo y los pueblos a las principales ciudades de la geografía española. Y Escartín llega ahora y dice, en la batería de propuestas de Podemos, que aprovechemos a los que huyen de la miseria y el terror para repoblar España:
La Europa que abandona de forma miserable a los refugiados ya podrían estar repoblando los pueblos de Aragón
