Decenas de miles de euros en Belice amargan a Pablo Iglesias el primer día de campaña

Los ayatolás de Irán financiaron a Podemos desde un paraíso fiscal usando una farmacéutica de pantalla

Transferían la pasta hacia la productora del Coletas y sus compinches usando cuentas en bancos de Letonia y Lituania

Antiblanqueo sostiene que el partido liderado por Pablo Iglesias se ha venido financiando mediante un conglomerado de empresas farmacéuticas radicado en el paraíso fiscal caribeño de Belice

Apenas acababan de terminar de pegar los carteles dando el pistoletazo de salida a la campaña electoral (otra vez) y Podemos recibió el primer disgusto mediático (Los brutales ‘zascas’ de Motos a Errejón cabrean a Podemos que amenaza con ir a la guerra).

Le ha llegado a toda portada y con un titular demoledor ( El CIS mete al tandem Podemos-PSOE en La Moncloa):

«Antiblanqueo dice que Irán financió a Podemos a través de farmaceúticas en Belice».

El subtítulo es todavía más clarificador:

«Un informe oficial de abril de 2016 sostiene que el dinero pagado por Ortomax a la productora Global Media financió al partido Podemos».

Y los detalles se acumulan, porque como detallan en Esteban Urreiztieta y Dani Montero en El Español este 10 de junio de 2016, el grupo radicado en el paraíso fiscal realizó sus pagos a través cuentas en bancos de Letonia y Lituania (El ‘chaquetero’ de José Sacristán pasa de poner a escurrir a a Podemos a ponerle voz a su ‘spot’).

El recurso a sociedades farmacéuticas habría permitido al régimen de los ayatolás saltarse el embargo de la comunidad internacional.

Los ingresos a la televisión de la que viene cobrando desde hace años el secretario general de Podemos se realizaron en 2012, dos años antes de la inscripción de esta formación en el registro de partidos («Habláis mucho del dinero de los demás, pero da un poco de vergüenza que no hayáis llegado a un acuerdo para evitar las elecciones»).

El lapso de tiempo transcurrido puede servir de burladero jurídico a Podemos para no rendir cuentas sobre el origen de su financiación, pero que no debería eximir a sus fundadores de dar cumplidas explicaciones.

Tampoco al Ministerio Público de abrir una investigación rigurosa que sirva para zanjar de una vez la cuestión.

No es la primera vez que las sospechas sobre las turbias vías de financiación de Podemos salen a la luz. La Policía puso sobre aviso de las pistas venezolana e iraní, y los Papeles de Panamá volvieron a poner el foco en los fondos bolivarianos que sufragaron una fundación próxima a Podemos.

El Tribunal Supremo desestimó el asunto al considerar que no estaba lo suficientemente fundamentado, pero este nuevo informe oficial de Antiblanqueo obliga a retomar las pesquisas antes de darle carpertazo.

No es de recibo que el partido que se presenta como abanderado de la regeneración democrática en España haya podido ser impulsado en algún momento por regímenes dictatoriales o teocráticos que no respetan los derechos humanos.

Podemos no puede reclamar transparencia si sus cuentas y las que permitieron su génesis no son también de cristal. Y la Fiscalía no puede mirar para otro lado cuando es Antiblanqueo el que sostiene que el dinero iraní está detrás de Podemos.

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