AUTOR DE 'LOS PUENTES ROTOS' (PENÍNSULA)

Manuel Milián Mestre: «Nunca entendí por qué Fraga le entregó El País a Polanco y a Cebrián»

"No fue para llegar a este final por lo que algunos pensamos un día en sacrificar nuestras conveniencias y tratar de levantar los puentes con España"

No fue para llegar a este final por lo que algunos pensamos un día en sacrificar nuestras conveniencias y tratar de levantar los puentes con España

Entre el ensayo político y el relato autobiográfico, ‘Los puentes rotos’ es ante todo una reflexión del político y periodista Manuel Milián Mestre sobre el momento político actual, cuando todas las oportunidades de entendimiento entre Cataluña y España corren el riesgo de haber fracasado, y es también una llamada a la sensatez, a levantar nuevos puentes de concordia antes de que sea demasiado tarde.

Hubo un primer puente, levantado entre 1974 y 1977, durante las fases iniciales de la Transición . Y luego un segundo, la Operación Tarradellas , que se hundió tras la dimisión de Adolfo Suárez y el 23-F. El tercero, más duradero, se mantuvo en pie cuatro años, a raíz del Pacto del Majestic de 1996 entre José María Aznar y Jordi Pujol, pero acabó dinamitado por el presidente español tras lograr la mayoría absoluta. El cuarto, sostiene Manuel Milián Mestre, ingeniero en la construcción de esos tres puentes, sigue siendo una incógnita.

BIOGRAFÍA DE UN HOMBRE DE LA TRANSICIÓN

Mestre (Forcall, Castellón, 1943) nunca ha dejado de trabajar por un proyecto estratégico y a largo plazo desde ambas orillas. Un entendimiento «sólido, firme y estable» en que sigue creyendo hoy, pese a los escollos hallados por el camino, entre los que invoca « el error indescifrable de un Mariano Rajoy como sucesor a dedo» durante el segundo mandato aznarista.»

Licenciado en Geografía e Historia en la Universidad de Barcelona, durante gran parte de su vida laboral se ha dedicado al periodismo en medios como Radio Morella, El Noticiero Universal, Tele/eXprés y Diario de Barcelona. Fue miembro fundador y directivo de El País, ha colaborado en Las Provincias y La Vanguardia, y actualmente lo hace en El Mundo y El Punt Avui, entre otros medios .

Durante seis años, además, ejerció de director de estrategia y comunicación de Fomento del Trabajo Nacional. En el ámbito político, en 1974 fundó el Club Ágora y en 1976, Reforma Democràtica de Catalunya. En 1980 participó en la fundación de Solidaritat Catalana. Diputado del PP entre 1989 y 2000, fue también miembro de la ejecutiva entre 1989 y 2000 .

Ha publicado varios libros, entre ellos Fraga Iribarne, retrato en tres tiempos (1975), Morella y sus puertos (1968) y Nihil Obstat (2007), y ha sido a lo largo de una década profesor de Ética y de Ética Económica en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y profesor visitante en la Universidad de Anáhuac (México).

HISTORIA DE UN ENTENDIMIENTO

«Los puentes son siempre una obra civil y necesaria. Pero para ello son imprescindibles ingenieros que los diseñen, que calculen su resistencia y prevean su sostenibilidad en el tiempo.»

«Hoy, como ayer, detecto el sobrepeso de la incomprensión y el alejamiento de las partes pese a que hay muchos catalanes en la Moncloa, y también lo es el ministro del Interior. He percibido los ecos de esta ausencia en un lado y en el otro: Artur Mas no tiene hoy esa profunda y sutil conexión umbilical que permite sustraer a la atención pública los conductos reales del diálogo sistemático y los entendimientos discretos , que es el puente. Ni las negociaciones a bombo y platillo en el Parlamento (Alicia Sánchez -­‐ Camacho), o en el Congreso de los Diputados (Duran i Lleida), que buscan rentabilidades políticas, electorales o simplemente de opinión pública, ni la supuesta conexión oficial del «Poncio» del Gobierno central en Cataluña sirven a la causa. El tempo tiene que ser largo, estricto y sosegado; y los interlocutores, de una sensibilidad lo suficientemente reconocida en un lado y en el otro, sin sospechas de ocultaciones, dudas o desconfianzas . Diderot lo definía perfectamente: «La indiferencia hace sabios, y la insensibilidad, monstruos».

«No quiero invocar al profeta Jeremías, pero sí unos hechos que pronostican intranquilidad: la abdicación del rey Juan Carlos con alarmantes elementos de improvisación y urgencia; el desafío de Artur Mas en actitud de autómata frente a la ley y el sistema constitucional; la claudicación del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, frente a las acciones juveniles , más o menos revolucionarias, claramente reivindicativas de otro sistema; los graves escándalos a punto de ser sentenciados por los jueces – ¡ojalá que independientes! – en España y en Cataluña conocidos por todo el mundo, y también ese tufillo de gobernación podrida de espaldas a los ciudadanos, genuinos titulares de los derechos y la soberanía, que solo pueden esgrimir cuando son convocados a las urnas, después de interregnos de no haber sido escuchados en sus peticiones y quejas, realmente aplastados por el engaño a sus derechos y el excesivo gravamen de los impuestos. Que tome nota aquel a quien corresponda: ¡ sin clases medias no habrá estabilidad ! En consecuencia, negros presagios sobre la sociedad, la economía, la política y las instituciones.»

«[En tiempos de la Transición] la clave estaba en el pleno reconocimiento del hecho diferencial, que después quedará absurdamente diluido en el magma igualitario de las diecisiete autonomías («café para todos») que tanto irritaba al presidente Tarradellas . […] He ahí el talón de Aquiles por el que se dispararían más adelante las exigencias y reivindicaciones catalanas a partir de los errores del Gobierno Aznar en 2000 -­‐ 2004, y el no suficientemente madurado Estatuto de 2006, punto de partida del actual contencioso soberanista.»

«No fue para llegar a este final por lo que algunos pensamos un día en sacrificar nuestras conveniencias y tratar de levantar los puentes con España desde una Cataluña mediterránea bas tante diferente de la que conocemos hoy. Si todo termina mal, será el fracaso de toda una generación que soñó en la Esperanza en 1975.»

PRISA Y POLANCO

«Pronto me di cuenta de que Jesús Polanco se convertiría en el amo de la casa, algo que no parecía preocupar a los fraguistas porque le consideraban próximo, dada su amistad con Carlos Robles Piquer. Pero no fue así. Poco a poco fue avanzando en la captación de acciones, y llegó un determinado momento, Fraga nos dio la orden de la retirada. Todos sus amigos nos vendimos las acciones. Fuimos nosotros los fraguistas los primeros en retirarnos del accionariado de El País en los años setenta»

¿INDEPENDENCIA?

«Sencillamente, no creo en la supuesta unanimidad que, por ejemplo, nos vende la llamada Assemblea Nacional Catalana , ni en el buen sentido de su expresidenta profetisa, Carme Forcadell, ni en las ideas traviesas de quienes desde la sombra construyen argumentarios demagógicos, hojas de ruta, o cavilaciones instrumentalizadas para arrogarse el poder, cuando este finaliza en Occidente por su idiota decadencia, que se resiste a ver o sensibilizar. […] El sueño del viaje a Ítaca puede salir muy caro, por mucho que algunos lo conviertan en causa de su soberbia.»

«Antes que ciertas tentaciones independentistas, queda por experimentar la federación o la confederación (Baviera o el Quebec) como sistema, y una sustancial revisión de la barbaridad que fue el «café para todos ».

«En vista de lo ocurrido, tras la frustración mal calculada por los partidos protagonistas que llevaron a cabo el Estatuto del 2006 , todo parece indicar que el soberanismo y la extraña evolución de CiU tomaron buena nota de la potencia de la sociedad civil, y recurren a ella de forma obsesiva a través de dos instituciones (Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural) en el nuevo curso político catalán, entregado al independentismo persistente. Las movilizaciones que se han producido en 2013 y 2014 parece que así lo demuestran.»

«Es bastante más rentable un discutible «pacto fiscal», con las balanzas fiscales en la mano , que una aventura dudosa, con las tensiones pertinentes, y los puentes como razón de equilibrios.»

«Tristemente, muchos de esos problemas habrían podido preverse cuando correspondía. Cataluña había dado suficientes señales de disgusto y disconformidad . Su sentido «civil» de la política le había impedido realizar acciones reivindicativas más radicales, violentas, y sin embargo no fue atendida su civilidad, ni su civismo.»

«Del argumento histórico se pasó al argumento político, y de este, en los últimos diez años, al abiertamente emocional, o sentimental ; precisamente el que es menos combatible por las ideas y los razonamientos.»

EL PP Y CATALUÑA

«El trato del PP con los catalanes de su militancia fue injusto casi siempre , porque nunca apreció los valores y las personas en sí mismos; más bien coloreó de extrañas intenciones los posicionamientos, ideas e intereses de este grupo de personas. » « Hoy el problema del PP catalán es Madrid: el entorno de Rajoy, la negación fáctica del respeto democrático a sus bases y militancia, la violación sistemática de la voluntad y las opiniones de los cuadros; cuando menos, esa eterna concesión intervencionista de las gentes de la escuela de Javier Arenas, de esas que con sus hechos confiesan que lo que es bueno para Cataluña no puede ser bueno para Andalucía o para España.»

«Gradualmente, la obsesión de Aznar por los nacionalismos se vuelve casi enfermiza , después de haber intentado paradójicamente una negociación con ETA en Suiza y haber sido él mismo víctima de un brutal atentado del que salió ileso, pero creo que psicológicamente tocado.»

«Manuel Fraga empezó a abrir la «realidad oficial» de España y del franquismo terminal a la «realidad real» de una España plural, donde Cataluña marcaba muchas diferencias y una explícita ambición de liderazgo y de cambio. » « Para Fraga el federalismo se entendía como una integración de partes separadas en una unidad voluntaria, porque él partía del supuesto de una descentralización del Estado a favor de las partes que asumían su gestión en el seno de las demarcaciones autonómica s. Eso tampoco se l o aceptaron. »

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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