Un argumentario que recalca la idea muy simple de que Grecia es el infierno al que nos llevan los podemitas
Rajoy acertó con Grecia en el debate a cuatro. En Podemos reconocen que lo que más les hace daño en esta campaña es que le recuerden sus amistades peligrosas con Alexis Tsipras y no lo de Venezuela.
«Eso está amortizado, es como cuando le sacaban a [Santiago] Carrillo lo de Paracuellos. Lo de Grecia es peor porque tengo que explicar por qué apoyamos a Tsipras…», le dijo Pablo Iglesias a Pepe Bueno en una entrevista en la cadena SER.–Cinco mentiras gordas de Pablo Iglesias en apenas una mañana de campaña electoral–
Y esa fue la estrategia que viene siguiendo el PP en campaña. Un argumentario que recalca la idea muy simple de que Grecia es el infierno al que nos llevan los podemitas. «Podemos, confluencia de Syriza, promete ahora el mismo paraíso con las recetas que han conducido a Grecia al infierno». ¿Por qué ya nadie habla de Grecia?
Por esa razón Rajoy ni mencionó a Venezuela. Es un cambio sustancial teniendo en cuenta que en las pasadas elecciones hizo campaña de la mano del padre del preso político Leopoldo López. Cuando el candidato del PP se refirió en el debate a políticas «extremistas» apuntaba a los recortes de pensiones, corralito bancario y subida de impuestos a las clases medias, como ha ocurrido en Grecia.
En Podemos no disimulan que sus abrazos con Tsipras (¡Espera Alexis, que ya llegamos!) , un líder que ha perdido toda credibilidad entre los suyos por haberse bajado los pantalones ante Merkel, restan votos en su batalla con Ciudadanos en su batalla voto a voto por conquistar la ‘zona de ruptura’, esa franja del electorado transversal que tiene un voto más de castigo que ideológico.
De ahí que los ayuntamientos del cambio les haya faltado tiempo para pasear a Yanis Varoufakis por Barcelona, con barra libre en hoteles de lujo pagados por todos los contribuyentes. Los que combaten el dogma de la austeridad no han tenido reparo en sufragar con 4.099 euros públicos la estancia del azote de la Troika.
Según Génova, ése es el cambio que trae el extremismo. «La izquierda radical griega, hermanada con la española, prometió un paraíso a los griegos y ha terminado imponiendo el mayor tijeretazo al Estado del Bienestar en la historia de Europa».
Estas no son buenas noticias para Albert Rivera, que ha utilizado la munición de Venezuela como artillería pesada para desgastar a Podemos. El líder de Ciudadanos dio un golpe de autoridad viajando a Venezuela para apoyar a la oposición a Nicolas Maduro. Y pese a que Pablo Iglesias diga que no les afecta, en el debate perdió los papeles cuando Rivera le sacó el tema de los siete millones de euros que recibió del chavismo.