Manual de instrucciones socialista para el 27-J

Los tres escenarios que estudia el PSOE para el día después al ‘sorpasso’ de Podemos

Entrar en un Gobierno con los 'zrrapastrosos' o apoyarles com o han hecho en los ayuntamientos, les condena a ser fagocitados

La Gran Coalición con el PP, como pide Mariano Rajoy, permitiría a los socialistas fiscalizar a los 'populares' y alcanzar nuevamente cotas de poder, pero puede ser su acta de defunción

Al PSOE no le salen las cuentas. Se asome al sondeo que se asome de los últimos publicados, en ninguno mantiene el segundo puesto que consiguió en diciembre, si bien en esas elecciones ya sintió cerca la amenaza de Podemos en número de votos.

Ante esta tesitura, son cada vez más sonoras las diferentes posturas acerca de cómo gestionar lo que viene tras el 26J si el partido queda finalmente tercero en escaños. 

Lejos de entrar en por qué el PSOE ha llegado a esta situación, si por el legado de Zapatero, por los recortes de Zapatero en 2010, por ‘enterrar’ a Zapatero demasiado deprisa o tal vez por el liderazgo de Rubalcaba, la no elección de Chacón en el Congreso de Sevilla, los casos de corrupción en Andalucía o la inestabilidad que ha rodeado a la Secretaría General de Pedro Sánchez con los constantes movimientos de silla por parte de Susana Díaz, lo cierto es que los socialistas ya no cuentan con tiempo suficiente para alterar una realidad que les ha adelantado sin apenas darse cuenta.

En los días que quedan hasta las elecciones, la dirección socialista puede confiar en un trasvase de votantes de Podemos en diciembre descontentos con el Iglesias de las negociaciones así como con la papeleta de numerosos indecisos.

Sin embargo, en Ferraz, deberían, si no lo han hecho ya, empezar a estudiar las maniobras a llevar a cabo de consumarse el tan temido por ellos ‘sorpasso’.

La tragedia para los socialistas es que, en el momento en que Unidos Podemos obtenga un escaño más que ellos, todos sus movimientos le herirán, más aún, de muerte.

En el partido saben que su plácet a una Gran Coalición con el PP, como pide Mariano Rajoy, es firmar su acta de defunción.

Aunque esta opción permitiría a los socialistas fiscalizar a los ‘populares’ y alcanzar nuevamente cotas de poder, sus electores tradicionales no perdonarían a la dirigencia el hecho de pactar con el considerado histórico ‘enemigo’ político.

De la misma manera, pactar con Unidos Podemos, siempre que la suma de ambos partidos se acerque a la mayoría absoluta -tendencia que confirmaban las encuestas de la semana pasada- y entrar en un Gobierno con ellos, al modo de lo que se ha hecho en Ayuntamientos como el de Madrid o Barcelona, favorecería la fagocitación del PSOE de la que tanto se habla además de situar al partido como co-partícipe de un Gobierno que sufriría un rápido desgaste al tener que lidiar con Bruselas y sus planes para España.

Igualmente, no serían pocos los votantes socialistas a los que no les agradaría que su partido invistiese presidente Pablo Iglesias, el mayor acicate que ha tenido su formación en los pasados meses y el dirigente de Podemos que más vehemente expresó el rechazo a investir a Sánchez en la pasada primavera.

De la misma manera, negativa a apoyar cualquiera de las dos opciones anteriores abocaría a unas terceras elecciones, apareciendo el PSOE como el mayor culpable de ellas.

Un riesgo excesivamente alto que hace que, ante esta serie de eventualidades, el PSOE tenga ante sí tres posibilidades que, si bien no son el escenario soñado por el partido, aún le podrían otorgar cierto oxígeno:

1) Abstención a todo:

Es una opción similar a la propuesta deslizada el otro día en Twiter por Jordi Sevilla que tuvo una amplia y bronca contestación. Antes de que lleguen siquiera las negociaciones de investidura, el PSOE podría anunciar su abstención a cualquiera de las opciones que se someta a la confianza del Congreso. Lo más probable es que esta opción sumase la abstención de Ciudadanos y propiciase un nuevo Gobierno de Rajoy de corta duración y escaso apoyo parlamentario. Los socialistas pasarían a la oposición y tendrían tiempo de reorganizarse internamente mientras el gabinete Rajoy se se desgastaría a marchas forzadas en una legislatura corta.

2) La ‘cabeza’ de Iglesias:

Se trata de una idea que, sorprendentemente, los socialistas apenas han esgrimido aún y que también les permitiría coger resuello. De la misma forma que Albert Rivera veta a Rajoy y que la CUP vetó a Artur Mas en Cataluña, los socialistas podrían mostrarse dispuestos a pactar con Unidos Podemos, como mayoritariamente quiere su electorado, pero pidiendo otro candidato de mayor consenso con los socialistas para ocupar la silla de presidente después del nulo entendimiento que ha habido entre el dirigente y el partido de Sánchez. Así, el PSOE colmaría las expectativas de la izquierda pero provocaría una posible bicefalia en Podemos que podría beneficiarles en términos políticos.

Aunque Iglesias no se encuentra cercado por los casos de corrupción, como le ocurre a Rajoy en el PP, y él mismo, como hizo el pasado domingo en ‘El Objetivo’ de laSexta, se niega a renunciar a la Presidencia, en cualquier caso, esta opción permitiría al PSOE dejarle a él la responsabilidad y seguir ganando tiempo. Los socialistas podrían, además, recordar que Iglesias ofreció en primavera echarse a un lado si él suponía un problema a la hora de pactar.

3) El ‘déjà vu’ de primavera

Si los sondeos lo permiten, aunque los últimos ponían en peligro esta vía, y PSOE y Ciudadanos suman más escaños que el PP, se podría reeditar -con el mismo contenido o con otro nuevo- el pacto firmado por ambos partidos en primavera y volver a pedir la confianza de la Cámara, teniendo en cuenta que ésta vez el ‘no’ del PP podría pasarle más factura a los de Rajoy que en los pasados meses, ya que este bloqueo sí que conduciría irremediablemente a unas terceras elecciones.

En cualquier caso, sea cual sea la opción de este ‘manual de instrucciones’ para el 26J que escoja el PSOE, el partido está abocado a una reflexión interna que le lleve a decidir de una vez quién quiere que encabece su proyecto político y otorgarle su completa confianza: si un Sánchez reforzado -aunque si queda tercero su cargo peligrará-, Susana Díaz, un rescatado Eduardo Madina o una figura ajena que aún esté por concretar, pero que deje atrás las luchas intestinas.

Si Fernando León de Aranoa optó por la intrahistoria de Podemos para su película, tampoco le hubiese quedado mal una cinta sobre lo que lleva dos años pasando dentro del PSOE.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído