Santiago López Castillo

El «mediador» Zapatero

El "mediador" Zapatero
José Luis Rodríguez Zapatero. PD

Estos que criticaban a Aznar, que iba y venía, que hablaba catalán en la intimidad, chapurreaba el inglés, bla, bla, bla, resulta que ahora se erigen en augures, dan consejos a troche y moche y casi nadie (la izquierda copa con brillantez la prensa y propaganda del movimiento «progre») les critica. Me refiero a Rodríguez Zapatero que va a Venezuela creyéndose, por ejemplo, Al Gore, un cara dura que cobra 73.000 € por conferencia sobre el cambio climático y quédense con la vuelta.

José Luís Rodríguez Zapatero es el peor presidente que hemos tenido desde Fernando VII hasta nuestros días. Es el urdidor de esta crítica situación social y política que padecemos. El anticrisis (4 millones de parados), el anti España (os daré lo que queráis para Cataluña), el que puso en marcha la memoria histérica, rememorando a su abuelo el capitán Lozano, un traidor a la Patria pero que no dice que fue a las órdenes de Franco para sofocar la revolución de Asturias, estando el general, como así fue, al servicio de la II República. El indigente cultural que, por si fuera poco, implantó el aborto a calzón quitado o coños fuera y la asignatura «para la ciudadanía», cuya finalidad era el adoctrinamiento de los pequeños y adolescentes en el marxismo.

Estamos en ésas, cuando va y viene de Venezuela. Se lleva bien con el ogro Maduro, y, por tanto, la oposición venezolana no le traga. Es más falso que un duro de hojalata. Y hace pachas con ese inepto llamado Sáchez pues no en balde es sobresaliente cum laude del zapaterismo. Está feliz con el fracaso de la investidura de Rajoy como lo estuvo homenajeando al asesino de Paracuellos y propició su «honoris causa» por la Complutense. Su anhelo es esa mamarrachada de «gobierno de progreso». ¿De qué progreso? La destrucción de España, la ruina y la miseria que son las resultantes de esta avanzadilla de ineptos que nos lleva a la desesperante exclamación de que Dios nos coja confesados…

Es el cinismo de la izquierda cerril, intransigente, la que mantenía en pie el Muro de Berlín a base de miles de vidas abatidas por las balas de la irónica y autodenominada República «Democrática» alemana. Los mismos que, en segundas y terceras nupcias, nos ofrecen estos mequetrefes de facultad anclados en el movimiento asambleario. Por si fuera poco, Felipe, que estaba entrando en el raciocinio, también considera que hay que echar a Rajoy quien gana las elecciones una y otra vez, y van tres. Él, desmemoriado él, no recuerda que varios de sus ministros fueron a la trena por corrupción ante la letanía de «los Gal, Filesa, el BOE, Time Export…y su conmilitón Garzón le llamó la X.

El PSOE, cien años de honradez, pero ni un día más, es hoy un peligro nacional con este pazguato de secretario general carente de sentido. Pero que vive de puta madre y sólo sueña con las alfombras y tapices de la Moncloa.

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