Suele decirse que nadie lee hoy en día los editoriales. Pues no saben lo que se pierden. Este 6 de septiembre de 2016 merece la pena el editorial de ABC en el que le sacan los colores a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la que tachan de ‘independentista camuflada’.
«Si en política y en el desprecio a la ley hay algo peor que un separatista convencido que haga ostentación de su desafío ilegal, es un independentista camuflado capaz de esconder en falsos eufemismos de cinismo político su auténtica vocación secesionista».
Colau ha pasado «de exhibir una cobardía ambigua sobre el independentismo a ensalzarlo y promover desde el Ayuntamiento la ruptura de Cataluña con el resto de España. Colau y su partido podemita son ya simples acólitos de ERC, Partit Demòcrata (antigua CDC) o la CUP». Como diría Pedrerol, has quedado ‘retratada’.
Jaime González le pide a Pedro Sánchez honestidad: «¿Por qué no decir la verdad? Lo que verdaderamente le preocupa es seguir siendo secretario general del PSOE, de ahí que su estrategia consista desde hace meses en ir ganando tiempo. Ese es su único objetivo: con cada elección, se libera un rato de la presión asfixiante que vive en su partido y se blinda en el cargo. Una táctica dilatoria que responde únicamente a su delicada situación personal».
Raúl del Pozo pone de vuelta y media a Podemos y les sacude con un artículo de Cayetana Álvarez de Toledo: «Los de Podemos montaron en Madrid una revolera o pajarraca en la Puerta del Sol y ya están todos colocados en el Estado. ¿Qué sería del régimen del 78 si no les hubiera dado a los radicales un escaño, una concejalía y vales para los taxis?»
Pablo Iglesias y Podemos son nietos de la ira y sus propuestas parecen de izquierdas. Pero hay quien teme su acercamiento al nacionalismo. Como dice Cayetana, Podemos legitima el delirio de una izquierda que ha pasado de defender la igualdad a defender la identidad
El tremendo vacile de Gonzo a Iglesias y Errejón
El País da un toque de corneta sobre la llegada de partidos populistas en Europa tras la derrota de Merkel en Alemania. «Alternativa para Alemania (AfD), formación populista surgida apenas en 2013 contra los rescates a Grecia y relanzada por la crisis migratoria, tiene muchas probabilidades de convertirse en la cuarta -o incluso tercera- fuerza política en las elecciones legislativas del año próximo. De este modo habrá en el Bundestag una importante formación a la derecha de los democristianos de la CDU y será la primera vez que esto ocurra desde la Segunda Guerra Mundial».
Hermann Tertsch ve esto desde una óptica totalmente diferente. Para el columnista de ABC no hay que temerle a Alternativa para Alemania: «Cada vez son más los que llegan ya convencidos de que se les debe todo. Aquí les convencen de que, aunque se les dé todo, se les seguirá debiendo todo siempre. Hoy, hasta los medios alemanes -casi sin excepción militantes de la corrección política- reconocen que el derechista AfD que ha superado a la CDU el domingo y ya está presente en nueve parlamentos está consumando su desarrollo hacia un partido de masas. Que no es nazi y al que ya resulta contraproducente difamar como tal».