David consiguió vencer al filisteo de Goliat, no por ser más o menos simpático, eso la Biblia no lo aclara, venció porque supo alejarse lo suficiente del gigante y lanzarle la piedra a la frente en lugar de a las espinillas
La batalla abierta entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón por cómo debe ser el futuro proyecto de Podemos ha puesto a la luz que existen otras discrepancias que van más allá del «estilo» del partido o del «tono» que se emplea en las instituciones o de cara a la opinión pública.
Como revela en ‘El Mundo‘, este 21 de septiembre de 2016 ÁLVARO CARVAJAL
la jefa de gabinete del líder de Podemos, Irene Montero, ha explicado que también hay una parte sustancial del «debate interno» que tiene que ver con la manera en la que la formación morada debe «relacionarse» con el PSOE, esto es, con qué predisposición y bajo qué condiciones de exigencias programáticas se tiene que tener para pactar.
Montero dibujó básicamente dos líneas, aunque reconoció que hay ciertos matices. La que pide relacionarse con los socialistas de «igual a igual», en la que no se le puede «regalar» el gobierno a cambio de nada, y otra que insinuó que es la que defiende Errejón, que tiene un carácter más complaciente y permisivo con el PSOE.
No es la primera vez que se pone el foco en esa posible diferencia entre los dos máximos dirigentes de Podemos. Iglesias ha alimentado meses atrás el estereotipo de que Errejón lidera la corriente del sector «moderado».
Y hace unos días ahondó en ello, al acuñar en una entrevista en el digital ctxt.es el calificativo de «dócil» para hablar de las diferencias entre una y otra candidatura. Ese «estilo dócil», fue empleado también por otros miembros de su equipo en esos días.
Durante los intensos meses en los que se debatió sobre la investidura de Pedro Sánchez, Podemos siempre negó que hubiera dos corrientes en la dirección sobre qué hacer y que una de ellas quisiera abstenerse para hacer presidente al líder socialista.
Por eso, fuentes del sector errejonista no sólo expresaron su sorpresa por que se señalase esta supuesta diferencia entre unos y otros para aludir al debate interno, sino que además garantizaron que en aquellas reuniones de la dirección estatal había «unanimidad» en que no había que abstenerse para que Sánchez gobernara gracias a su pacto con Ciudadanos.
Otra cosa es que, visto el tiempo, haya dentro quien piense que eso fue precisamante un error.
Montero planteó veladamente la diferencia sobre el PSOE presentando a Errejón como alguien menos exigente.
La portavoz adjunta en el Congreso subrayó que Iglesias está en la tesis de «una mayor relación de igualdad con el PSOE, de entendernos de igual a igual» porque -continuó- quienes han votado a Podemos no quieren «que regalemos un Gobierno al PSOE, sino para que lleguemos a una acuerdo para un Gobierno de progreso y echar a Rajoy».
«Hay otro eje o tendencia que tiene más que ver con una relación distinta. Distinta de la que he planteado ahora», aseguró Montero, que prefirió guardarse de asociarla a «nombres concretos», pero que da a entender a quién se refiere.
«Les puedo dar mi opinión, que la he manifestado con rotundidad. La de otros compañeros creo que deben ser ellos quienes las expresen, si es que las tienen, quizá no las tengan», respondió a continuación cuando se le incidió en el tema durante una rueda de prensa.
Entre tanto, la corriente errejonista tiene la instrucción de dar un paso atrás en cuanto a la exposición del enfrentamiento, pero tampoco guardó del todo las armas, visto el revuelo causado por la disputa del pasado martes.
En sus canales de comunicación respondieron a las críticas vertidas desde el pablismo a través de Twitter para defenderse de mensajes como el publicado por Rafa Mayoral, que dijo que David no venció a Goliat «haciéndose el simpático».
«David consiguió vencer al filisteo de Goliat, no por ser más o menos simpático, eso la Biblia no lo aclara, venció porque supo alejarse lo suficiente del gigante y lanzarle la piedra a la frente en lugar de a las espinillas», escribió Jorge Moruno, miembro destacado del equipo del secretario de Política.
Por su parte, Errejón fue el primero en querer enfriar la polémica y apagar el incendio que unos y otros se achacan haber comenzado. El número dos minimizó el encontronazo ante los periodistas y, además, arrancó el día difundiendo en Twitter una canción de rock del duro. Como respuesta a la afirmación envenenada de Iglesias de que Podemos tiene que sonar más a la música de Bruce Springsteen que al pop comercial de Coldplay.
El problema es que el debate interno en Podemos se ha desbocado y parece complicado que ahora se pueda reconducir una vez que los dos principales líderes de Podemos han puesto el foco público en sus discrepancias. ¿Podemos debe ser «amable», «transversal» y «no dar miedo», como dice Errejón, o debe recuperar el lenguaje que «politice el dolor» y pegado al conflicto social, como propugna Iglesias?
Ésta es la cuestión que se dirime y que ha convertido las primarias por la dirección de la Comunidad de Madrid en una lucha fratricida entre ambos bajo las figuras del pablista Ramón Espinar y la errejonista Rita Maestre.
Es la primera gran batalla que librarán Iglesias y Errejón y que tendrá un ganador y un perdedor el 11 de noviembre, cuando se anuncie el resultado.
Mientras tanto, el debate interno está lejos de apagarse. Se animará aún más a partir de hoy y hasta el domingo, porque los miembros del partido discuten en abierto sobre qué quieren ser de mayor en cuatro intensas jornadas de la universidad de verano de Podemos, en las que hay conferencias y talleres organizados por la fundación de Podemos, el Instituto 25-M, y donde Errejón -hoy- e Iglesias -el domingo- expondrán sus posturas.
El problema es que todo esto está sucediendo en plena campaña en Galicia y Euskadi, donde hay malestar por la influencia de los enfrentamientos en el resultado. Los más claros al quejarse fueron los gallegos de En Marea, que temen un castigo.
