El presidente de Asturias y de la gestora socialista, sin pelos en la lengua en El País

El recado de Javier Fernández al votante del PSOE: «No hay alternativa de izquierdas»

"Nos habíamos mineralizado en el silencio respecto a lo que interesa a España y al PSOE"

El recado de Javier Fernández al votante del PSOE: "No hay alternativa de izquierdas"
Javier Fernández, presidente de la Gestora del PSOE. PS

En los Gobiernos, así como en el PSOE, debemos tener a los mejores. Y no siempre ha sido así.

Javier Fernández, presidente de Asturias y de la gestora socialista, habla este 9 de octubre de 2016 sin pelos en la lengua en una larga entrevista en El País donde, entre otras cuestiones, aborda la cuestión de la abstención a Mariano Rajoy y asegura que es partidario de la misma, aunque subraya que ni mucho menos supone un apoyo o un cheque en blanco al líder del PP y que, por supuesto, no indica que haya ganado el ‘ala derecha’ del PSOE:

Espero que no. Sería una etiqueta falsa. Hacer un revestimiento ideológico de algo que es complejo, pero táctico, no es adecuado. Lo ideológico es otra cosa. La ideología es hablar de impuestos, del mercado laboral, del carácter universal de la sanidad, de la función de la educación, de la igualdad y el igualitarismo… Es táctico debatir si interesa a España y al PSOE en estas condiciones ir a nuevas elecciones.

Entiende que el PSOE se había quedado estancado en el no y que no se había propiciado un debate:

Nos habíamos mineralizado en el silencio respecto a lo que interesa a España y al PSOE. El debate no puede estar prohibido. Conviene hablar. Es indispensable hablar. El no a un Gobierno del PP está en la médula de los militantes del partido, por tanta corrupción y por los recortes. La contundencia con la que los dirigentes socialistas hemos rechazado una posible abstención ha ahondado en ello. Pero se ha revelado imposible otra opción de Gobierno, por lo que ahora se requiere un aterrizaje forzoso en el principio de realidad, que no sintoniza con el sentimiento de los militantes más fervorosos.

Da la clave para convencer al votante socialista de que lo menos malo es un Gobierno de Rajoy:

Le diría que una vez que no hay alternativa de izquierdas, no podemos cerrar en falso el debate sobre la abstención o incluso no tenerlo. Abstenernos no es apoyar. Eso es un concepto muy primario de la política. La política no es poesía, es prosa. No es sentimiento, es razón.

Y dice que la decisión la debe tomar…

El comité federal, pero tendremos muy en cuenta a los militantes. Tenemos la obligación de que haya un debate entre los militantes, pero debe ser el comité federal. Este órgano de dirección decidió hace casi 10 meses que, ni por activa ni por pasiva, el PSOE haría posible un Gobierno del PP. Si ahora, libremente, se toma otra decisión, por cultura política, es el mismo comité federal el que debe hacerlo. Ya sé que tiene mala prensa la mediación y la representación, pero son los delegados del comité federal los que deben tomar la decisión, en su labor de representación, y luego responder ante los militantes. La tendencia a la democracia directa no está en la cultura del PSOE, que no es una organización partidaria de los plebiscitos y tiene una cultura representativa.

Pero insiste en que no hay carta blanca a Rajoy:

Que quede claro, el PSOE no se plantea en ningún caso una alianza con el PP, pero claro que hay asuntos de Estado en los que siempre estaremos con el Gobierno. La oposición no hay que plantearla siempre desde el antagonismo, sino desde la utilidad a los ciudadanos. Abstenerse, repito, no es apoyar, pero hay que olvidarse de la idea frentista que tenemos de la política, que la reduce a un mero antagonismo.

Sobre cuál es el problema del PSOE analiza que:

Las victorias cohesionan y fortalecen en la misma medida en que las derrotas socavan. Si en 2008 no hubiéramos sufrido la crisis económica más profunda desde el 29, el PSOE no estaría en esta situación. Fue culpa de la crisis y de nuestros errores. Hemos visto cómo se alejaban del partido los trabajadores, las clases medias urbanas y los jóvenes, que son en sí casi una clase social. No hemos transmitido la fiabilidad que debíamos tener y no hemos generado cuadros dirigentes capaces de ofrecer una buena gestión económica. Teníamos credibilidad social pero no credibilidad económica. En los Gobiernos, así como en el partido, debemos tener a los mejores. Y no siempre ha sido así.

Aclara por qué dijo que el PSOE se estaba podemizando:

Hay una parte de la cultura de Podemos que es básicamente disyuntiva. Arriba, abajo; pueblo, casta; buenos, malos; élite, ciudadanía… Y eso conduce siempre al plebiscito. Es maniqueo, y se resuelve siempre de manera plebiscitaria y no con deliberación. Podemos tiene propuestas, muchas de ellas bienintencionadas, por ejemplo en materia social. Pero las políticas, además de bienintencionadas, deben ser útiles. Y la mayoría de las que hace Podemos no son útiles. Porque hace abstracción del principio de realidad. Y el PSOE se está impregnando de alguna manera de esta cultura, al igual que la apelación a la democracia directa, que termina con la representación. La cultura populista es la cultura de la simplificación, y esa no puede ser nunca la del PSOE. La realidad es compleja y alguien tiene que hacerse cargo de ella. La derecha siempre ha sido simplificadora y, en este caso, la izquierda populista también lo es. El único partido con vocación realmente reformista es el PSOE.

Y está convencido de que los diputados del PSOE acatarán lo que mandate el Comité Federal en torno a la abstención a Rajoy:

Estoy convencido de que, si tiene que haber una votación sobre la abstención, el grupo parlamentario responderá con lo que ha sido siempre la tradición del partido.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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