La impresentable salida de la bancada de Podemos del Congreso de Diputados en el momento en que le se rindió un minuto de silencio por la muerte de la senadora del PP, Rita Barberá, no merece ningun calificativo porque los ha agotado todos.
Pero cabe una pregunta: si hubiese sido su amigo Arnaldo Otegi, ex etarra condenado por terrorismo y no Barberá, allí seguro que se hubieran mostrado compungido por respeto a su ‘hombre de paz’, el mismo que a día de hoy sigue sin condenar la violencia de ETA. porque, como le dijo a Évole, eso sería «bajarse los pantalones».