No se podía esperar otra cosa del líder de Podemos. El que disfrutaba viendo como apaleaban a un Policía Nacional en una manifestación por las calles de Madrid –El vídeo donde Pablo Iglesias babeaba con la paliza a un agente: «Me emociona la agresión a un policía»-, evidentemente ha debido de sentir envidia sana de ese grupo de proetarras que patearon el 15 de octubre de 2016 a dos agentes de la Guardia Civil en Alsasua (Navarra) –La Guardia Civil detiene a ocho facinerosos bilduetarras por participar en la paliza de Alsasua-.
Como muestra de que Pablo Iglesias no está por la labor de apoyar la labor de la Benemérita es que este 22 de marzo de 2017 va a recibir a las familias de los agresores y además cuestiona el proceso al que se han visto sometido algunos de los participantes en la paliza a los agentes y a sus respectivas parejas:
Es una evidente desproporción de que los hechos sean enjuiciados como delito de terrorismo y llevados a la Audiencia Nacional.
Podemos no estará sólo en este acto, ya que también se han sumado, como no podía ser de otra manera, EH-Bildu, PNV y ERC.
Lo que se persigue es presentar un manifiesto en el que se censura la actuación de la Audiencia Nacional y en el que se denuncia que se ha extralimitado en su actuación.
Así, se reclama que la causa salga de ahí para instruirse en un juzgado de Navarra, despojándolo de cualquier vinculación con el entorno aberztale.
Lo que llama la atención, y es un detalle que olvida muy aviesamente Pablo Iglesias, es que el auto de procesamiento señala que los agresores actuaron contra los agentes movidos por su pertenencia al movimiento Alde Hemendik, que exige la marcha de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Euskadi y Navarra.