Guerra de memes

Errejón se mete en el ascensor y deja patidifuso a Podemos y alterado a Twitter

Afirma David Gistau en 'ABC' que "no puedes conocer un país a través de lo que dice Twitter", pero la red puede ser una fuente inagotable de cachondeo

Ya sabíamos que la creatividad de los internautas no tiene límites y máxime cuando se trata de dar caña a los políticos.

Lo cierto es que se lo ponen en bandeja con frases impostadas y poses forzadas, o en el caso del segundo de Podemos, últimamente más bien segundón, Íñigo Errejón, ha servido de «musa» para centenares de hilarantes memes.

Hay quien, como Salvador Sostres o Alfonso Rojo, sostienen que Twitter es el refugio del tarado. En el caso del segundo, director de Periodista Digital, matiza que puede ser un lugar muy divertido.

David Gistau, que nunca rema a favor de corriente y es brillante como pocos, confiesa este 17 de enero de 2017 en ‘ABC’ que estuvo un tiempo Twitter, pero que lo ha dejado:

«Lo que menos me gustó de Twitter no fue tanto el que te insultaran. Lo que menos me gustaba era la sensación de que terminaba escribiendo para gustar a una serie de gente con la que hablaba, buscando su confirmación y su aprecio. Entre eso y que me di cuenta de que era un coladero de tiempo increíble y todo eso decidí dejarlo. Yo creo que es una liberación. Creo que Twitter está sobrevalorado. Y además es una herramienta un poco perezosa para el periodismo porque te terminas conformando con la visión de la realidad que te llega por Twitter y yo cada vez estoy más convencido de que es muy parcial, de que tú no puedes conocer un país a través de lo que dice Twitter. Es como creer que conoces Estados Unidos por ver las películas de Woody Allen. No, conoces el urbanita de la costa este».

Pues ahora Twitter nos da un momento de gloria o por lo menos, sopesar si Errejón y compañía son tan cursis como parecen.

Gracias a la foto, publicada recientemente por El Mundo para ilustrar una entrevista sobre sus últimos problemas y relación actual con Pablo Iglesias, el universo paralelo de Twitter ha encontrado un filón, gracias a esa pose a lo rapero nostálgico, con brazos cruzados que muestran actitud defensiva, pero con cara de niño triste que busca consuelo.

Lejos de comentar la sesuda entrevista, la parroquia se ha preocupado de buscar el compañero perfecto para tal situación, desde Cristiano Ronaldo, pasando por Merkel o Rivera, hasta llegar a Guardiola, entre otros, las posibilidades parecen infinitas, para las deliciosamente perturbadas mentes de los tuiteros.

Quizá, en base a lo expuesto, deberíamos hacer una ágil reflexión sobre los verdaderos intereses de la gente en relación a la política, sus discursos y peleas internas. Parecen no interesar a nadie.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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