El senador podemita critica a Urdangarin, pero echa un manto de silencio sobre su proceloso negociete

Esto decía Espinar tras forrarse con una VPO y su padre pulirse una ‘black card’: «Las élites expolian para vivir como Dios»

Tampoco se pronuncia sobre la sentecia que condena a un año de cárcel a su progenitor por quemar la tarjeta de Caja Madrid

Se dice popularmente que en boca cerrada no entran moscas. Y en el caso de Ramón Espinar júnior los labios los ha tenido sellados con respecto a la sentencia que condena a su padre a un año de prisión por el pornográfico y deshonesto uso de la tarjeta ‘black’ de Caja Madrid.

El senador de Podemos, siempre muy avispado para poner los puntos sobre las íes en lo que a corrupción toca, aquí ha decidido ahuecar el ala a ver si el personal pasaba de puntillas. Pero va a ser que no. Entre otras razones porque los hechos y la hemeroteca están ahí para escupirle la verdad a la cara.

Curiosamente, Espinar, en sus incursiones iniciales en los medios de comunicación, cuando se vendía cual pollo lastimero Calimero como ‘joven sin futuro’, decía cosas que ahora se le vuelven en contra.

Los que han expoliado este país son la élite política y económica que trabajan juntas en términos de casta para vivir como Dios mientras la población se empobrece.

Tal y como recuerda Okdiario, estas manifestaciones podían referirse perfectamente a su padre, Ramón Espinar Gallego que en los años 70 ya era alcalde de Leganés por el PSOE, presidió la Asamblea de Madrid de 1983 a 1987, y la culminó como consejero de Cultura y de Hacienda en los gobiernos del socialista Leguina durante ochos años hasta 1995, año en el que pasa a ser consejero de Caja Madrid, la caja de ahorros pública madrileña, en la que llegó a ser vicepresidente.

Y si de alguien se puede decir que ha expoliado las arcas públicas es del padre de Espinar,  condenado a un año de cárcel y a una multa de seis meses a razón de 20 euros diarios por gastar 178.400 euros desde 1995 a 2010 con una tarjeta ‘black’ en desplazamientos a estaciones de esquí en Huesca y Lérida, además de en tiendas de lujo como en Purificación García (18.536 euros), Hermes y Loewe (1.347 euros), o diversas tiendas de alimentación gourmet. A estos gastos se añaden 2.000 euros en Ikea y Fnac y otros 1.146 en farmacias.

Y claro, de padres gatos, hijos michines. Al podemita madrileño no le tembló el pulso para sacarse una plusvalía de 30.000 eurazos vendiendo una VPO en Alcobendas justo 90 días después de adquirla en abril de 2010.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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