Paradójicamente, sobre todo desde el punto de vista periodístico, no lo ha llevado García Ferreras a su programa para hablar de lo 'suyo', sino para valorar otro caso
Desde que el 23 de febrero de 2017 la Audiencia Nacional hizo públicas las condenas a los implicados por el fraude de las tarjetas black de Caja Madrid, entre los portavoces políticos madrileños, los opinadores y en las redes sociales había notable expectación por la reacción del senador de Podemos, Ramón Espinar, azote de corruptos y cuyo padre -exconsejero de la caja madrileña- ha sido condenado por el uso delictivo de su polémica tarjeta opaca (‘Tarjetas black’: El exvicepresidente Rato, condenado a cuatro años y seis meses de cárcel y Blesa, a seis años).
Tras cinco días de silencio, Espinar ha salido de su escondite y fugazmente, esperando que ‘LaSexta’ se portase generosamente con él, ha reaparecido este martes 28 de febrero en Al Rojo Vivo con su antaño amigo Antonio García Ferreras (Esto decía Espinar tras forrarse con una VPO y su padre pulirse una ‘black card’: «Las élites expolian para vivir como Dios»).
Paradójicamente, sobre todo desde el punto de vista periodístico, no lo ha llevado García Ferreras a su programa para hablar de lo ‘suyo’, sino para valorar otro caso, el de la Ciudad de la Justicia de la Comunidad de Madrid (Salvaje bronca de Losantos a Cristina Cifuentes por entregar Telemadrid a Ramón Espinar).
Sin el menor sonrojo «por lo suyo» y a preguntas de Antonio García Ferreras, Espinar no ha tenido ningún reparo en asegurar que «no puede ser que con dinero público se le pague a un señor 8.000 o 9.000 euros al mes y se le esté pagando un máster de 40.000 euros», en referencia a uno de los directivos de la citada Ciudad de la Justicia.
«Son prácticas que hay que desterrar y que no pueden volver a repetirse».
Y lo ha dicho el hijo de un condenado por fraude y malversación. Y de cuya conducta no ha dicho palabra alguna.
«El Campus de la Justicia -ha proseguido- es una página muy negra de la contabilidad de la Comunidad de Madrid. Y son prácticas que se siguen repitiendo en el gobierno del PP».
«La respuesta del PP ha sido ladrillo ante cualquier problema de servicios públicos».
Y ha acusado al partido de Mariano Rajoy de «coger el dinero de todos los madrileños y meterlo en el bolsillo de sus amigotes».
Eso sí, de lo suyo, silencio. Con una sorprendente soltura y con Antonio García Ferreras mirando al tendido.
