Los amigos de Dolce Catalunya han pillado a Cristina Cifuentes en un patinazo que confirma lo que muchos votantes del PP sospechaban: que está más preocupada en agradar a la izquierda que en pelear por las causas de la derecha.
Y no lo decimos por su guerra particular con los iracundos de Hazte Oír, a los que con métodos chavistas les ha amordazado denunciando ¡por un delito de odio! el autobús de los niños con pene.
Es algo que viene de lejos, desde que los ultraconservadores sacaron a la calle otro autobús con el lema ‘Si votas aborto, votas Cifuentes’.
A lo que íbamos. Entrevista de Jaime Treceño a Cristina Cifuentes en El Mundo:
EL MUNDO.- Hay votantes del PP que la consideran demasiado moderada…
CIUFUENTES.- Soy extremadamente de centro. Lo soy en casi todo en la vida, excepto en algunas cosas como la defensa de España, en la unidad de España, en la defensa de la libertad individual… Lo que no soy es socialdemócrata, para nada. No soy para nada un verso suelto.
¿Lo captan? Si defiendes a España no puedes ser una persona de centro. Eso es una radicalidad que solo se pueden permitir los que son como ella extramadamente de centro. Lo ‘dolços’ la machaban sin piedad:
Que si opinas que los españoles estamos mucho mejor juntos, como siempre, eres un exagerado.
Que si dices lo mismo que confirma la Constitución, te pasas tres pueblos. O treinta.
Ser extremadamente de centro es una cosa muy compleja. Seguramente los nuevos tertulianos de Telemadrid como la directora de Público, Ana Pardo de Vera, o Ernesto Ekaizer, nos ayuden a descifrarlo.
