El pasado 14 de enero de 2017 el Comité Federal del PSOE fijaba su 39º Congreso para el 17 y 18 de junio, aprobando por mayoría el calendario propuesto por la Gestora.
Ese calendario incluye primarias para la Secretaría General, con el fin de desatascar la crisis que golpeó al socialismo en el otoño de 2016.
Pero, como subraya este 14 de marzo Francisco Jerez Lozano en ‘El Economista’, lo que en un principio parecía una jugada calculada al milímetro ha dado paso a una situación en la que no existen certezas.
A dos meses de que los militantes decidan, la aparición de una reciente encuesta que coronaba a Pedro Sánchez como vencedor ha sacudido las entrañas de Ferraz, pero no debemos olvidar que el estudio se realizó entre votantes socialistas y los llamados a votar son solo los militantes.
Generalmente suelen diferir las preferencias entre votantes y militantes, colocándose estos últimos en posiciones menos cercanas a la centralidad que los primeros. Además, en unas elecciones internas también influye la preponderancia de los cuadros medios en sus agrupaciones y sus afinidades de voto.
Por el momento, dos candidatos conocidos por todos han anunciado su postulación, Patxi López y Pedro Sánchez, a la espera de la llegada de Susana Díaz a la carrera. No se espera la aparición de un mirlo blanco que aterrice en Ferraz para coser heridas.
El PSOE se encuentra con dos candidatos divisivos que polarizan a la militancia y un candidato, López, que no ha sido capaz hasta el momento de forjar las alianzas necesarias para generar la emoción de liderazgo cohesionador con el que nació su candidatura.
Con estos antecedentes, podríamos encontrarnos en mayo ante tres escenarios de consecuencias opuestas para el desarrollo de la legislatura:
- – Triunfo de Pedro Sánchez. Probable. A nivel interno tendría que rehacer la confianza de los barones y rebajar el maniqueísmo entre compañeros. A nivel político, su entorno ha descartado una moción de censura, pero los números suman con ERC, PdeCAT, PNV y un Podemos que le ha animado. Pese a que nunca llegue a concretarla, sería una espada de Damocles sobre Rajoy, que podría decidir convocar de nuevo elecciones.
- – Triunfo de Susana Díaz. Probable, contando con el apoyo del aparato. Debería de rehabilitarse ante una gran parte de las bases que siguen considerando una traición la abstención, así como gestionar el papel en el que quedaría Pedro Sánchez. Mantendría la política de cal y arena de la Gestora con las políticas de Rajoy, anotarse tantos políticos ante la sociedad, ofreciendo a la vez imagen de oposición y reconquistar posiciones de izquierda.
- – Triunfo de Patxi López. Poco probable. Mandato complicado a nivel interno, encerrado entre los barones que apoyan a Susana Díaz y la presión de las bases sanchistas. De estos equilibrios de poder dentro del partido dependerían sus movimientos externos.
Dependiendo del resultado, o de la ecuación con el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo para sacar los Presupuestos, la atmósfera puede ser electoral o de estabilidad para el Gobierno.
Los militantes socialistas lo van a decidir, prestémosles atención y respeto. La democracia interna ha llegado para quedarse y ser determinante en el devenir político.
